Lymari Nadal construye cine desde abajo

GUADALAJARA, JALISCO (30/MAR/2011).- La encantadora mirada y el porte no dejan lugar a duda, Lymari Nadal nació para actuar, o al menos ser el centro de atención de cualquier lugar en donde se encuentre. Sin embargo, debajo de la belleza física que proyecta se encuentra una actriz, productora y guionista de convicciones muy firmes.

Nacida en Puerto Rico y casada con el actor Edward James Olmos, Lymari se siente en Guadalajara como “pez en el agua”, pues asegura que le encanta el festival de cine que aquí se celebra, además de que la cinta que presente compite como Largometraje iberoamericano de ficción. “Es la cuarta vez que vengo, porque me encantan las películas que aquí se proyectan, aunque ahora no vengo sólo como espectadora, sino que traigo una película en competencia: América”.

América, con acento latino a pesar de haber sido rodada en Estados Unidos, es la historia de una mujer (América, encarnada por Lymari) con temple de acero que deja atrás su hogar en Puerto Rico para buscar el sueño americano, sin embargo, lo que en teoría debería ser sencillo se convierte en una compleja travesía, donde América entiende el significado de la hermandad hispana.

Para Lymari, la película es un poema a la integración y el crisol cultural que existe en Estados Unidos, aunque también un recordatorio “de que todavía existe mucho trabajo por hacer a favor de los inmigrantes”.

La artista se involucró en la película desde su concepción, producción, escritura, y finalmente protagonizando la historia, bajo la dirección de Sonia Fritz y donde también participa su esposo, Edward James Olmos.

Gran necesidad

Atraída por la actuación desde su juventud, su piel blanca y sonrisa franca le han abierto puertas a Lymari con la que otros latinos sueñan. Ella, sin embargo, no acepta un papel que deba tener un determinado tono de piel, sino una auténtica pasión por el trabajo.

Irónicamente, esa pasión no la encontró en su natal Puerto Rico. “Siendo una isla tan hermosa, con gente llena de talento y muchos lugares hermosos, es incomprensible cómo es que no tenemos una escuela de cine ni se apoya de forma oficial la formación de talentos. Si un boricua quiere aprender a hacer cine se tiene que ir de casa, porque en mi país no va a encontrar nada”.

Lymari Nadal no se toca el corazón al calificar como lamentable el estado del cine puertorriqueño, cuya industria fílmica se reduce a ser el foro de grandes producciones, en su mayoría estadounidenses, pero carece de una industria propia. “Tengo cuatro años viniendo a Guadalajara y América es la primera película que participa como producción puertorriqueña, es una pena”, afirma la actriz, quien tampoco disimula su interés por desarrollar el Séptimo Arte en la isla del encanto impulsando la creación de un instituto de estudios cinematográficos. “Tenemos el talento, no hay por qué esperar”.

La actriz espera que la suerte le sonría y América logre ganar algún premio cuando concluya el FICG. Eso sí, no se despide sin antes revelar una sorpresa: “soy actriz y me encanta, pero a mi papá eso le provocaba horror, no le tenía confianza a esta profesión, por eso me hizo estudiar química, y soy licenciada, gracias a mi papá (risas)”.

¿DÉ QUÉ SE TRATA?

En una villa caribeña de apariencia paradisíaca, la vida de América no es nada pacífica. Su amante abusivo desata su furia contra ella cuando la hija de ambos se va con su novio. América deja todo y escapa a Nueva York en busca de una nueva vida.

Allí trabaja como nana para una familia adinerada y también en una lavandería por las noches. Sus nuevas amigas son tres nanas: una mexicana, una colombiana y una dominicana.

Con su ayuda y la de su familia en el Bronx, América decide mandar a buscar a su hija. Pero su pasado la persigue; ella tendrá que enfrentar su terror para proteger su sueño.

EL INFORMADOR/ FRANCISCO GONZÁLEZ