Lalo España vive el cielo a su manera

GUADALAJARA, JALISCO (07/JUL/2012).- El incombustible Eduardo España continúa presente en las pantallas de televisión de los mexicanos. En esta ocasión lo hace como Ariel, un despistado ángel que, junto con Ezequiel (Carlos Colombo), se mete en problemas al vigilar a Chava (Pedro Fernández), en la telenovela Cachito de cielo, que se transmite de lunes a viernes a las 18:15 horas por el Canal de las Estrellas.

Ariel y Ezequiel son los encargados de la antesala del cielo y de los aspectos burocráticos para entrar en él: “Son una especie de Pinky y Cerebro, el Gordo y el Flaco, Viruta y Capulina, que tratan de hacer las cosas bien pero involuntariamente les pasan mil enredos; esto va detonando bastante el humor en la historia de Cachito de cielo, que maneja una mezcla entre melodrama y comedia”.

España dice que el personaje le permite jugar con otras caras, pues al tratar de tapar los errores cometidos en el cielo, Ariel desciende a la Tierra en el cuerpo de una bailarina de table dance, un doctor tartamudo, un norteño y hasta una monja.

Además, el comediante dice que es muy cuidadoso con el tono de los personajes, ya que un desliz puede causar pérdida de credibilidad. “Yo soy muy insistente en cuidar el tono de los personajes, y es que con tantito que te pases ya no es grato y pierde credibilidad. Lo que los hace muy divertidos a estos dos ángeles es lo ingenuos, lo torpes. Ellos tienen la voluntad de hacer las cosas bien, no se están haciendo los graciosos. Quieren corregir, taponear, salvar situaciones pero la van regando más”.

—¿Consideras que las novelas deberían tener un toque de humor como “Cachito de cielo”?

—Depende del tipo de historia, si es un melodramón, pues no; pero la vida misma es de colores, no todo el tiempo estamos reaccionando en tragedia. Hay situaciones de humor, oscuras. Creo que se le está apostando mucho a esta clase de géneros para hacer más amable la historia, tener sus momentos, sus recesos.

—La novela te ha permitido trabajar con actores con una larga carrera como Pedro Fernández y otros jóvenes como Mane de la Parra y Maite Perroni, ¿qué te ha dejado trabajar con ellos?

—Pedro Fernández es un ángel enorme, la gente le tiene muchísimo cariño. Es una persona con un gran carisma, excelente compañero. He aprendido a tener cercanía con gente como él y con muchos otros compañeros. Se vuelve muy grato grabar con ellos, porque no hay nada hostil, nos divertimos, hacemos bromas, como una familia. Aprender de un maestro como Juan Carlos Colombo y verlo divertirse en el set. Y César Bono... nos conocemos desde hace tantos años. Hemos coincidido en tantos proyectos, le tengo cariño, respeto y una admiración impresionante.

—Anteriormente has dicho que eres un adicto al trabajo, ¿en estos momentos lo ves como un refugio?

—Para mí no es un suplicio trabajar, desvelarme estudiando un guión. Me gusta nutrir a los personajes, analizar las historias, es mi forma de vida la actuación: leer, documentarme. Sí soy completamente adicto al trabajo, me confieso. Tengo que trabajar ese aspecto porque no está chido, hay que cuidar la salud porque a veces no escatimo con el tiempo dedicado a un proyecto, las desveladas, las giras y sigo aceptando cosas que me gusten. Me llegan un montón y sigo bronqueándome conmigo mismo sobre cómo le voy a hacer. Estoy en el proceso de saber equilibrar por muchas cosas que sucedieron en mi vida. Me cayeron muchos “veintes” de atender los otros colores de la vida, tener momentos de soledad, momentos con mis seres queridos, tirarme como un gato  y no hacer nada durante una tarde. Se vuelve sano.

—¿Piensas pausar en algún momento?

—Muy próximo no. Primero tengo que trabajar esa adicción al trabajo; y en algún momento, no tanto hacer una larga pausa, sino hacer más énfasis en darme esos espacios, para tomar aire, para respirar, crecer, cargar pilas para los nuevos proyectos.

—¿Qué te gusta hacer cuando no trabajas?

—Me encanta ir a un café a leer, tirarme en una hamaca que compré, siempre soñé con tener una hamaca y ahora la tengo en la terraza. Estar con mis perros, disfrutaba muchísimo estar con mi pareja, pero acaba de fallecer hace poco más de 15 días; disfrutar a mi familia, escribir... pero lo que me gusta mucho son los libros, la literatura para mí es un encanto, un placer, el poder avanzar ocho páginas a alguna novela que esté leyendo en los momentos muertos de un set. Irme a mi camerino y disfrutar de la literatura como si fuera mi recreo.

En el terreno del cine, Eduardo España espera que este año se estrenen tres películas en las que ha participado: Hecho en China, Fecha de caducidad y Tercera llamada