Con una escenografía que resaltaba por sus detalles en color blanco, se desarrolla la historia de la vida de dos parejas en un mismo escenario y aunque pareciera que no tienen nada en común, los conflictos internos que tienen en el vínculo sentimental los hace muy iguales. "Diana" y "Roberto" son encarnados por Lizaldi y Nones, ella es una escultora y él un hombre que busca su lugar en la vida, ella es quién sostiene el hogar, mientras que él se dedica a pasarla bien. "Pablo" y "Celina" son Ochmann y Pimentel, él es un publicista cuyo sueño más grande es ser pintor, ella es una edecán que trabaja en eventos privados y en algunas publicaciones. El montaje dirigido por Claudia Ríos maneja diálogos aterrizados a la realidad que se vive hoy en día, con un guión que maneja el drama y la comedia, el público tiene la oportunidad de la introspección y de analizar si en la intimidad ellos también podrían tener similitud con las parejas en escena. Aunque el teatro no lucía lleno, se podía apreciar que la audiencia acudía en parejas, el momento más íntimo de la velada fue cuando los actores se despojaron del pudor y dejaron ver su fragilidad histriónica. Acostumbrados a ver a Claudia Lizaldi en la conducción, la sorpresa fue grata para el público al ver su soltura mientras actuaba, pasó lo mismo con la recién incursionada en el mundo del entretenimiento, Esmeralda Pimentel que demostró estar al nivel de sus compañeros, los más experimentado fueron los varones, sobre todo Mauricio Ochmann que ya tiene larga trayectoria cuando de realizar obras de teatro se trata. Los espectadores salieron complacidos de lo que vieron y las funciones continúan este miércoles en punto de las 19:00 y 21:30 horas. EL INFORMADOR / ENRIQUE ESPARZA