Viernes, 22 de Noviembre 2024
Entretenimiento | El destino lo encaminó a la actuación. Hoy se dice satisfecho

La vocación no se busca, viene sola: Joaquín Cordero

La vida lo llevó al seminario, luego a estudiar Derecho, pero el destino lo encaminó a la actuación. Hoy se dice satisfecho

Por: EL INFORMADOR

Con 60 años de carrera, y 88 de edad, Joaquín Cordero agradece que la vida lo haya llevado a la actuación. A. CAMACHO  /

Con 60 años de carrera, y 88 de edad, Joaquín Cordero agradece que la vida lo haya llevado a la actuación. A. CAMACHO /

GUADALAJARA, JALISCO (19/NOV/2010).- Perdón y gracias son las palabras que suelen acompañar, desde hace muchos años, al actor Joaquín Cordero. Un hombre que ha sabido mantener su imagen vigente en el cine, el teatro y la televisión por 60 años ininterrumpidos, y quien conserva la energía y la pasión por su trabajo.

Con 88 años cumplidos, una voz fuerte, una memoria envidiable y un porte imposible de ocultar, el artista, ayer al mediodía, asistió a una charla con estudiantes de la Universidad del Valle de Atemajac, esto como parte de las actividades del Festival Internacional de Cine Tercer Milenio, que hoy concluye y que arrancó el pasado 11 de noviembre.

Su llegada al instituto no pudo ser más emotiva, con paso lento pero con una mirada que impone, Joaquín Cordero subió al estrado, miró al auditorio y unió sus manos en señal de agradecimiento.

Un video en el que se mostraba lo más destacado de su carrera precedió la charla. Así, a punto del llanto, y tras una enorme ovación de pie, el actor envió un beso y agradeció a los presentes por “la bondad de escucharme”.

“Tengo 60 años de actor, y muchos de vida, y lo que me ha mantenido es la disciplina. Tengo 88 años de edad, y espero que algo de lo que he vivido les pueda ayudar de alguna manera”, aseguró quien ha dejado una huella indeleble en la historia del cine nacional, y quien se dio tiempo para contar cómo es que se inició como sacerdote para luego ingresar a la universidad y estudiar Derecho.

Escuchar al destino

Luego, y todo el tiempo de pie, mostrando la fortaleza que aún conserva, Cordero confesó cómo es que el destino lo llevó a los escenarios, pues afirmó que la actuación no lo buscó, sino que fue la vida misma quien lo encaminó a formarse en una profesión que admite es complicada debido al concepto que se tiene de ella, y aclaró que la fama y el dinero son sólo consecuencias del trabajo, mas no el fin de quien desea entregar su vida a la interpretación.

¿Qué se necesita para triunfar?, cuestionó Cordero, y enumeró lo que considera es importante para salir avante: Disciplina, entusiasmo, puntualidad, ética y moral.

Incluso se dio tiempo para hablar de los orígenes del teatro, del compromiso de un actor para con su público, y dejó clara su postura sobre el cine que ahora se enfoca en mostrar de manera “grotesca, escenas totalmente innecesarias y violentas”.

“Nos hemos desbocado. Se ha desprestigiado nuestra profesión y se ha ofendido al público con escenas innecesarias, sobre todo en las cintas norteamericanas, que sólo hablan de crímenes, de asesinos, y eso no debe continuar, pues es una ejemplo perverso”.

Respuestas firmes

El son de la negra y El jarabe tapatío se escucharon en el coro que asistió al evento, esto para que después Joaquín Cordero retomara la palabra y respondiera las preguntas que le formularon los estudiantes de diversas carreras. 

¿Qué significa la trascendencia en la historia del cine y la televisión de México? fue la primera pregunta de la audiencia. La respuesta fue clara: “Ha sido para mí lo que siempre he dicho, que es el destino lo que me llevó a la actuación, y he pensado que es una profesión extraordinaria, que no la busqué, que vino sola, y eso ha representado un impulso para seguir viviendo y para realizar las cosas”.

Sobre la Época de Oro del cine mexicano, Cordero expresó que si se llegó a ese punto en aquel tiempo fue gracias a la sociedad de entonces, pues la cinematografía es un reflejo de lo que se vive. “Ahora le pregunto a los productores el por qué hacer historias tan violentas y grotescas, y ellos me responden: ‘es lo que la gente pide?, pero no lo creo así, pues siempre se pueden generar proyectos positivos, o por lo menos una parte del cine podría hacerlo de esa manera”.

“Perdón por los errores que he cometido y gracias por haberme escuchado”, expresó el artista a mitad del evento, mientras que para despedirse afirmó: “Gracias, me llevo un gran recuerdo. Sólo les digo que pese a los problemas debemos encontrar la manera más positiva de seguir viviendo”.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA

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