La vida loca de Charlie Sheen

GUADALAJARA, JALISCO (05/MAR/2014).- No hay duda de que a Charlie Sheen le gusta vivir al filo de la navaja. El ejemplo más reciente de su comportamiento destrampado lo dio justamente en México, durante sus vacaciones de Navidad.

El sitio RadarOnline.com calificó las vacaciones del actor en Cabo San Lucas como una estancia que se salió completamente de control, donde hubo alcohol, drogas, e incluso el constante acoso de Sheen a toda su comitiva.

El sitio señala que Charlie se hospedó en una suite de cinco estrellas en el destino playero, y se le ocurrió pedir la presencia de un tatuador, pues le dieron ganas de agregarse una nueva obra de arte en el brazo. El profesional de la tinta acudió, acompañado de varios amigos, y lo que ocurrió después es digno del guión de una película tipo ¿Qué pasó ayer?

Según RadarOnline, “Charlie está de pie junto a una mesa... en la mesa hay botellas de vodka, cigarrillos por todas partes, un puñado de Vicodin... él toma unas y las pasa con vodka”, detalló una de las personas que acudió a la habitación.

Mientras lo tatuaban, Sheen tomó más Vicodin, y en un momento de furia, le dio un puñetazo a la pared, y la dejó agujereada; lejos de sentirse mal por su maldad, tomó una pluma e hizo un autógrafo a milímetros del hoyo.

Durante las fiestas, el actor se la pasó en boxers, pues quemó sus pantalones, pese a las protestas de sus guardaespaldas.

Sheen no siempre fue un esclavo de las fiestas. Al comienzo de su carrera, allá por los años ochenta del siglo pasado, el actor era considerado como una de las grandes joyas de Hollywood; parte de una generación de futuras estrellas como  Michael J. Fox, Tom Cruise, Kiefer Sean Penn o Nicolas Cage.

Sin embargo, la carrera del actor, lejos de despuntar a la gloria, se hundió en una serie de escándalos.

Los más recientes son sus problemas con sus coestrellas de Two and a Half Men, de donde salió peleado con sus compañeros del elenco y especialmente con el productor Chuck Lorre, a quien insultó en público.

Desde entonces, la trayectoria del histrión ha estado dando varios tumbos, sin encontrar un momento de estabilidad.