La revolución de los 'reality show'

GUADALAJARA, JALISCO (09/JUN/2014).- Buenos o malos. El espectador tiene la última palabra. Cuando se trata de “reality shows”, la polémica se desata en dos caminos: aquel que condena el rompimiento de la intimidad y el pudor, en tanto que el otro celebra, y en ocasiones exige, que se brinque el límite humano, desde lo físico hasta lo emocional.

Hace 12 años la televisión abierta de México albergó a uno de los primeros formatos de “reality show”: “Big Brother”, adaptación de la versión holandesa del productor John de Mol replicada en otros 20 países, que a decir de su producción, cambió para siempre la forma en hacer y mirar la pantalla chica al exponer en situación de “encierro” a una docena de desconocidos que tendrían que convivir en un mismo lugar siendo observados día y noche por cámaras colocadas hasta en la regadera.

“Big Brother” fue un éxito en muchos sentidos. El más obvio, por la audiencia captada a través de las transmisiones generadas por Televisa, en producción con Endemol, en el que cada semana los participantes sumaban fama o desprestigio cuando se enfrentaban a las llamadas “nominaciones” o “expulsiones”.

Ese mismo año de 2002 llegó "La Academia", “reality” de Televisión Azteca que apostó por “encerrar” a otro puñado de extraños con talento vocal para llevarlos a la fama a través de retos musicales que tenían por misión maravillar a un jurado profesional y al público, no sin antes, cumplir con la consigna de no abandonar la casa compartida y observada las 24 horas del día.

Teresa Tovar Peña, investigadora del departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explica que parte del éxito de este tipo de contenidos radica en los “personajes” participantes que —conscientemente o no— logran o tienen el objetivo de crear un vínculo de identificación con el público.

TOMA DE DECISIONES

El experto en psicología básica, Palomera Chavez, explica que es de vital importancia el saber hasta qué grado las circunstancias y ejemplos expuestos por los participantes en los programas de tipo "reality show" puede intervenir, alterar o modificar los límites morales, éticos y personales de cada espectador. “Somos seres sociales y nos evaluamos en función de otros. Yo observo si esa conducta o actividad que se desarrolla en el reality sería capaz de hacerla o no, si por ejemplo podría sobrevivir, cómo reaccionaría hasta en lo emocional, el impacto que tendría en mi vida personal, laboral y social”.

Por su parte, la investigadora Teresa Tovar Peña, del departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, señala que los personajes expuestos en los "reality" tienen como misión —explícita o no— el establecer una alianza en cuanto al dolor, sufrimiento o compasión, para que el espectador sienta que acompaña y apoya al participante en la situación expuesta. “Se comparte tristeza, dolor, agresividad e incluso violencia. También se despierta la indignación, la culpa cuando te reflejan algo que tú haz hecho y te hace sentir mal, pero también hay amor. No solamente hay sentimientos, sino procesos más cognitivos o mentales que es el tomar consciencia de qué de lo que estás viendo lo haces en en tu vida”.

La académica destaca que en los "reality show" no están dirigidos especialmente por clases económicos, sino por el poder de identificación que se produce. No obstante, para el psicólogo, Palomera Chávez , los observadores de este tipo de programas “son personas que, si analizamos su perfil social, tienen un nivel cultural y educativo no muy elevado”.

EL VERDADERO ROSTRO

Entre las reacciones que los participantes manifiestan sobresalen el miedo, nerviosismo, ansiedad y desesperación mientras se adaptan a la nueva dinámica de convivencia, pero al pasar del tiempo comienzan de revelar actitudes y personalidades que demuestran su verdadero yo, en el extremo protagónico, excéntrico y hasta sexual.

“Los individuos tenemos cierto rango de ejercicio de la moral, cada quien marca sus límites, qué cosas son permitidas para tu persona y las cercanas a ti”, explica Palomera Chávez al señalar que esos grados de exhibición son semejantes a los vistos a través de las redes sociales.

“Esa presión social va marcando que el exponerse a los demás tiene que ser aceptado. Cuando esto se convierte en una norma social, las personas empiezan a reducir la capacidad de fuerza de su moral para hacer cosas que normalmente no haría. La ansiedad de fama, de ser reconocido por los demás es un motor muy poderoso para que las personas logren brincar esa barrera que les impone la moral”.

A eso se suma la capacidad de comprensión del espectador, en especial se si trata de niños y adolescentes que buscan un modelo para formar su identidad y aspiraciones futuras, pues el psicólogo añade que “los menores, entre más expuestos estén a este tipo de televisión, su capacidad para discernir la información y analizarla no es la misma que la de un adulto, y eso marca una pauta en ellos”.

“Lo complejo de estos programas es que buscan el éxito a través del menor esfuerzo y el máximo de ganancia, como si no hubiera necesidad de hacer ninguna inversión en nosotros para el logro de nuestras metas”, remata Andrés Palomera.

NUEVA  APUESTA

Sin censura, Gloria Trevi alista su versión

La controvertida cantante regiomontana, Gloria Trevi, anunció en pasados días que próximamente se estrenará el "reality show" basado en su vida, para mostrar una faceta distinta como mujer de carne y hueso cuando está fuera de los escenarios.

Aunque aún no se hace un pronunciamiento oficial de lo que el "reality show" mostrará exactamente, la cantante ha compartido breves detalles de lo que expondrá como madre de dos hijos y sus retos para llevar una vida profesional activa y exitosa.

De la mano con la cadena Telemundo y la transmisión por el canal de la televisión estadounidense "Mun2", Trevi añadirá parte de su labor al frente de la actual gira que realiza "De película" y que da nombre a su más reciente producción discográfica, llevando sus más grandes éxitos por Estados Unidos, América Latina y México.