La resurrección del ''western'' mexicano

CIUDAD DE MÉXICO (03/FEB/2012).- Llena de momentos de tragedia, heroísmo, drama y a veces de comedia involuntaria, la Historia de México parece un terreno vasto que no ha sido del todo descubierto por los cineastas nacionales. Y en los más de 200 años de independencia que tiene el país, hay pasajes que merecen la pena ser contados a través de la óptica del Séptimo Arte, como lo fueron las guerras apaches que azotaron al Norte de la República a mediados del siglo XIX.

Pablo Aldrete, cineasta tapatío con formación académica en Inglaterra, presenta este fin de semana en nuestra ciudad la película Río de oro, un western con sabor a México que narra la cruenta lucha por sobrevivir en la sierra de Sonora  en 1852, convertida en una auténtica “tierra de nadie” donde colonos americanos, arrieros nacionales y apaches chocan de forma constante.

La filmación de Río de oro es también una estampa más de cómo el talento de los cineastas nacionales es capaz de superar las más variadas adversidades al momento del rodaje. Desde la usual falta de recursos a la que se enfrenta la totalidad de la industria hasta la dureza que implicó filmar en exteriores, en este caso, los escenarios naturales de Sonora.

Para eso, Aldrete logró convocar a un equipo profesional de expertos detrás y frente a las cámaras, contando con las actuaciones de Gonzalo Lebrija, Stephanie Sigman, Kenny Johnston, Karl Makinen, además de varios apaches de una reserva de Arizona.

— ¿Cómo nace la idea de “Río de Oro”?

— Nació por el interés que tengo de la Historia de México. Siempre me pareció interesante explorar cómo era la sociedad que se desarrolló en el Norte, conviviendo los apaches primero, con los españoles después y luego con los mexicanos. Río de oro es un vistazo al pasado de México, en un momento además que era muy difícil para el país porque recién había pasado la guerra con Estados Unidos y la pérdida de nuestro territorio.

— ¿Fue fácil obtener la colaboración de los apaches para la película?

— Muchos de ellos venían de Arizona y no, no fue sencillo. No son de los que te abren las puertas fácilmente. Conocí a una persona que dirige un centro cultural apache en Arizona y fue a través de él que me acerqué a la comunidad de reservas que hay allá en Estados Unidos. Al principio estaban muy cerrados a la idea, pero poco a poco los convencí de colaborar en el proyecto, me fueron contando la historia e incluso a algunos los convencí para que vinieran a México a filmar.

— ¿Qué tan complejo fue el proceso de conformación del elenco?

— Se hicieron muchos castings y fui buscando a quienes dieran la talla perfecta para los persoanjes. Fue un proceso largo aunque no difícil, pues fue quedando claro quienes tenían la fuerza para dar el papel. Largo fue el proceso para encontrar locaciones adecuadas, pues viajé durante tres años a Sonora, tratando de encontrar los lugares para filmar.

— ¿Cómo fue trabajar en escenarios naturales todo el tiempo?

— No fue nada sencillo, fue en extremo complicado. Nos teníamos que desplazar a veces por caminos de hasta tres horas para llegar al lugar de locación y otras tres horas de vuelta a donde estábamos hospedados. Como nos movíamos mucho (rodamos en el Norte y en el Centro de Sonora) eran jornadas de trabajo muy pesadas, pero en el grupo de producción teníamos una relación excelente y eso hizo que todo fluyera. Creo que con el resultado final estamos muy contentos, con todo y que tuvimos que escalar montañas y atravesar largos tramos cargando la cámara y demás equipo, casi como una caravana.


POR CIERTO

Lista para embarcar

Luego de su estreno en México, Río de oro seguirá transitando por festivales cinematográficos en el extranjero. “Es probable que la cinta vaya a un festival francés en marzo, pero aún no puedo decir cuál hasta que esté confirmado al 100 por ciento”, afirma Aldrete.

El realizador agrega que ya tiene su próximo proyecto cinematográfico, cuyo rodaje tentativamente sería entre septiembre y noviembre en Jalisco y Nayarit.


ACCIÓN DEL VIEJO OESTE

¿De qué se trata?

La cinta se enmarca en la categoría de western mexicano, y tiene como una de sus particularidades de que es hablada en tres idiomas: español, navajo e inglés.

Río de oro fue rodada en Sonora y en la cinta se exponen las complejas relaciones entre tres sociedades diametralmente diferentes. Por un lado los criollos hispanoamericanos, del otro los colonos estadounidenses y finalmente la tribu de los apaches.

El filme ubica al espectador en Sonora, México, en el año 1852. En plena guerra con los apaches y tras la invasión de Estados Unidos a nuestro país, un arriero toma la dura decisión de vender todos sus animales y buscar una vida mejor en el corazón de México. Pero para eso tendrá que cruzar las inhóspitas tierras que le pertenecen a los apaches. El viaje promete ser difícil, con peligro en cada risco y ladera que cruce.