Martes, 26 de Noviembre 2024
Entretenimiento | 'Lo mío es el canto, pero no lo voy a hacer toda la vida'

La otra faceta de Pepe Aguilar

El cantante será el encargado de inaugurar el palenque de las Fiestas de Octubre de Guadalajara, el 2 de octubre

Por: EL INFORMADOR

A Pepe Aguilar le gustaría impulsar su faceta de empresario. ESPECIAL /

A Pepe Aguilar le gustaría impulsar su faceta de empresario. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (30/SEP/2015).- La mirada siempre dirigida al cielo” y “Los pies fijos en la tierra” son dos frases que forman parte de una misma filosofía, tanto laboral, personal como espiritual de Pepe Aguilar, quien se presentará en Guadalajara como parte del elenco del Palenque de las Fiestas de Octubre.

“Hoy va a ser un día soleado, de esos que me gustan” asegura el charro zacatecano al comenzar la entrevista, se ríe. Por estos días las razones le sobran. Minutos antes de comenzar la entrevista con este medio le notificaron que está nominado, una vez más, a los premios Latin Grammy.

Con la noticia, sus redes sociales son un hervidero de felicitaciones y buenos deseos: “No me abruma todo eso de las redes sociales. Creo que en mi caso se debe a que me gusta convivir con la gente, me encanta leer comentarios y opiniones. Es divertido si lo sabes manejar, además de que es parte del show. Además, no es que me lleguen millones de notificaciones, ni que fuera Justin Bieber (risas)”.

La charla brinca de un tema a otro, pero con la fecha en la Perla Tapatía (el próximo 2 de octubre) siempre presente: “Guadalajara es una ciudad donde cada espectáculo tiene algo muy especial, siempre. No hay medias tintas cuando la visito. La entrega es total de los dos lados. Los planes que tiene el “charro grandote” son muchos y siempre con la mirada dirigida al cielo.

Más allá de la música, Pepe comparte que hace algunos años jugueteó con la idea de volverse empresario y anunció el lanzamiento de una línea de calzado masculino y ropa femenina. Sin embargo, la falta de tiempo le ha impedido impulsar este proyecto en su totalidad: “Son esfuerzos fuera de la música, pero allí van. Bien dice el dicho que el que a dos amos sirve, con alguno quedan mal (risas)”.

Pese a ello, Pepe no se desanima, y asegura que seguirá picando piedra como empresario y agricultor, porque “lo mío es el canto, pero no lo voy a hacer toda la vida, y cuando acabe espero dedicarme a otras cosas. De algo hay que vivir (risas)”.

—Pepe, a mucha gente le gusta ponerle un nombre a su año. “El año de la graduación”, “el año del matrimonio”, etcétera. Si tuvieras que ponerle un nombre a tu 2015, ¿cuál sería?

—(Silencio) Este ha sido el año de ‘reseteo’. Así como cuando prendes tu computadora y sientes que está funcionando mal o por más que quieres no ‘jala’, pues debes resetearla, comenzar todo desde el inicio.

Y no es que yo haya comenzado desde cero todo en mi vida, pero 2015 fue el año donde me di cuenta que tenía que renovar muchas cosas, valores, principios...Cosas que no estaba haciendo bien y debían cambiar. Ahora me abro a un nuevo panorama humano, profesional, familiar. Ojo, no hablo de crisis, pero sí de cambios en mi vida. Fue un año de reiniciar. Fue el año de renovarme.

Más de dos décadas en los escenarios

—Dicen que hay canciones como los vinos: Algunas añejan muy bien y otras se echan a perder, ¿te ha pasado eso con alguna?

— (Risas) Creo que hay canciones que marcan un momento muy especial en tu carrera. Pero no son intocables, porque todo en la vida, y digo todo, está en constante cambio. La música, los estilos, la forma de interpretar.

Regreso a la pregunta: Las canciones que en algún momento significaron mucho, puede que un día o a los 15 o 20 años ¡zas!, ya no te dicen nada. O a los fanáticos ya no les gusta, porque crecieron, porque les gusta otra cosa. O simplemente tú cambiaste.

—¿Te horroriza la zona de comodidad?

—Creo en el constante ir y venir de las cosas. Yo entiendo a la gente que le gustan ciertas rolas que ya no interpreto y se molestan, pero deben entender que la música se mueve siempre hacia adelante.

—¿Y qué pasa con los fanáticos que no aceptan el cambio y que quieren una canción de hace 25 años que no interpretas?

—(Risas) Creo que ellos buscan más una rocola (risas). Hay un equilibrio entre canciones actuales y viejitas en mis shows. Entre las que sé que la gente quiere escuchar, pero también esas que me encantan.

—El otro lado de la moneda podrían ser esos temas que a ti te gustan mucho, pero por alguna razón le pasaron de noche a las personas y casi nadie (salvo tú) conoces...

—Por supuesto que hay canciones así (hace un silencio). En 25 discos que llevo grabados puedo decir con absoluta franqueza una cosa: Me siento satisfecho con toda la música que he creado, pero no con toda que ha podido sobresalir. Ha habido grandes canciones que se quedan allí, anónimas, o que no llegan a donde pensé que iban a estar.

—Con toda la experiencia que tienes en tu carrera,   ¿cuál es la sección más importante que te ha enseñado el escenario?  

—El escenario te muestra tal cuál eres. Es la mejor aula. Si te metes a cantar por los espejos, el glamour, los cantos de las sirenas, no vas a durar, vas a vivir engañado. Va a llegar el día que te sientas ‘Juan Camaney’, pero no sepas nada.

Pero si entras por la música, el escenario va a ser como tu ‘dojo’. Te va a exponer como eres, con lo mejor. Mis padres me enseñaron a pisarlo, y allí encontré un lugar donde sentirme auténtico, real. Con toda esa experiencia que tengo, puedo decir que sigo aprendiendo, que siempre es un reto. Que siempre me hace sentir como si estuviera empezando.

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