Martes, 26 de Noviembre 2024
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La duquesa de Alba contrae nupcias

La mujer con más títulos nobiliarios del mundo sube al altar por tercera ocasión, esta vez con el funcionario Alfonso Díez

Por: EFE

Afuera del Palacio de las Dueñas, propiedad de la duquesa de Alba, la multitud aguardaba para tomar una imagen de los novios. EFE  /

Afuera del Palacio de las Dueñas, propiedad de la duquesa de Alba, la multitud aguardaba para tomar una imagen de los novios. EFE /

Consolida Duquesa de Alba tradición de nobleza en su tercera boda

SEVILLA, ESPAÑA (06/OCT2011).-
La duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, de 85 años, la aristócrata con más títulos nobiliarios en el mundo y una de las mujeres más adineradas de España, contrajo nupcias con un funcionario del Estado 25 años más joven que ella, en medio del fervor popular en la andaluza ciudad de Sevilla.

Haciendo gala una vez más de su escaso apego a los convencionalismos sociales, Cayetana, como se conoce en España a la duquesa, dio el “sí quiero” a Alfonso Díez, de 60 años, en la capilla de su residencia sevillana, el Palacio de las Dueñas, en una ceremonia íntima a la que asistieron menos de 40 invitados por expreso deseo de los contrayentes.

Apenas tres años después de haberse reencontrado con el funcionario en un cine, y tras superar múltiples obstáculos, entre ellos la férrea oposición de sus hijos a una relación sentimental que creían interesada por parte del novio, un soltero sin relaciones conocidas, la duquesa contrajo matrimonio por tercera vez tras haber enviudado en dos ocasiones.

El mundo del toreo, al que la duquesa es una gran aficionada, estuvo muy representado, y entre los pocos invitados se encontraban también el matador Cayetano Rivera, acompañado de su novia, y su hermano, Francisco Rivera, ex yerno de la duquesa y a quien sigue profesando un gran cariño.

Los invitados

A la boda asistieron cuatro de los seis hijos de Cayetana, ya que la más pequeña, Eugenia, fue ingresada ayer en una clínica de Madrid debido a un brote de varicela, mientras que Jacobo no viajó a Sevilla alegando un viaje inaplazable.

Tras la ceremonia Cayetana de Alba, con un vestido color rosa pálido realizado por los modistos sevillanos Victorio y Lucchino salió con su ya esposo, Alfonso Díez, a las puertas del Palacio de las Dueñas para saludar al numeroso público congregado.

El encargado de llevarla hasta el altar fue su hijo Carlos, duque de Huéscar y heredero de la Casa de Alba, que ya había ejercido como padrino en la segunda boda de su madre, con el intelectual y ex sacerdote jesuita Jesús Aguirre, un matrimonio que en su momento, allá por 1978, causó bastante escándalo en la España posfranquista.

Como madrina, Cayetana escogió a su gran amiga Carmen Tello, esposa del torero Curro Romero.

Entre los pocos invitados se encontraban también el matador Cayetano Rivera, acompañado de su novia, y su hermano, Francisco Rivera, ex yerno de la duquesa y a quien sigue profesando un gran cariño.

La duquesa decidió que, entre los pocos afortunados que asistirían a su enlace estuvieran los antiguos cónyuges de sus hijos e hija, ya que los seis se divorciaron.

Esta noble con tantos títulos, apegada a las tradiciones, hace pocas semanas pidió permiso al rey Juan Carlos de España para con-

traer matrimonio, aseguró que si luchó contra viento y marea por una relación en la que nadie creía fue porque se dio cuenta “del calibre de hombre” que es Alfonso Díez.

SIN SUSPICACIAS
Herencia en vida

La aristócrata, con el fin de vencer finalmente la oposición de sus hijos a su enlace con Díez, decidió el pasado mes de julio repartir en vida sus millonarias posesiones, a razón de 100 millones de euros a cada uno más sus casas y palacios.

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