La dualidad de Francisca Valenzuela

GUADALAJARA, JALISCO (17/MAY/2012).- ¿A dónde ir cuando ya se han cumplido las metas? Eso es lo que se preguntó Francisca Valenzuela hace un par de años, luego de volverse la figura femenina más importante de la música pop-rock chilena. ¿La respuesta?: lejos, hay que irse lejos.

Francisca bien pudo quedarse en Chile, donde es capaz de llenar auditorios, plazas y teatros. Donde sus canciones se han convertido en himnos para una generación que busca su lugar en el mundo. Donde es ella la que manda sobre el escenario. Pero eligió empezar desde cero, y el lugar que eligió para hacerlo es México.

Durante la entrevista, Valenzuela suena tranquila aunque reconoce que está ansiosa por subir al escenario. Tiene una cita este sábado con el público tapatío, cuando se presente al lado de Ximena Sariñana en el Teatro Diana. “Me siento muy contenta. Creo que esta gira, que es más extensa que otras que he realizado a este país, me da justamente la oportunidad de conocer mucho más de México, además de compartir escenario con Ximena, lo que es un gusto”.

Compositora, cantante, escritora (ha publicado un libro de poesía y otro de cuentos) y ahora trotamundos, Francisca llega a México como parte de la promoción de su disco más reciente, Buen soldado. Sabe que tiene que ganarse un nombre en nuestro país. La idea le resulta una aventura difícil de resistir.

— ¿Es fácil comenzar desde abajo en México, al ser una cantante reconocida en Chile?

— Es algo que asumí naturalmente al elegir este camino. Tengo la suerte y el privilegio de que mi proyecto esté consolidado en mi país. Pero ahora, veo también como un privilegio el poder salir y hacer otras cosas fuera, en este caso en México, Estados Unidos y finalmente España.

Chile fue un trampolín muy importante, aprendí mucho, soy independiente y me dio la plataforma para venir aquí, para ir a Estados Unidos y encontrarme, por qué no, con mi parte ‘gringa’ (afirma entre risas. Francisca nació en San Francisco, California, y vivió allí hasta los 13 años). El camino ha sido muy bueno, es parte del crecimiento que tengo, el camino va a buen ritmo, con buena respuesta.

— En Chile te etiquetaron como una artista “pop-rock”, sin embargo, expones también otros géneros en el escenario, como el jazz o el folk, ¿no te preocupa que esas etiquetas terminen por encasillarte?

— Claro que le tengo miedo a las etiquetas, porque a la larga o se confirman o se rompen, y en cualquier caso está mal. Me he dado cuenta, por ejemplo, que en México y en otros países de la región hay una necesidad de ser abanderado por un género musical. Yo no tengo esa mentalidad. Es una pena que en Latinoamérica estemos acostumbrados a dividir por apariencias y no por contenido.

— Aunque muchos artistas se deslindan de la palabra “pop”, por el desprestigio que sufrió el género en los últimos años.

— Hay que entender que el pop en sí no es malo. Por ejemplo, me gusta la faceta pop de Prince, pienso que es fantástica y es muy buena música. Lo que yo hago es música pop-rock si se quiere poner un nombre, pero ojo con la raíz de las palabras: el pop se llama así porque es popular. No hago experimental, no son temas de 18 minutos. Es sonido orgánico, natural.

— ¿Cómo fue el proceso creativo detrás de “Buen soldado”?

— Espontáneo. Compuse lo que pude, recopilé todo lo posible y de allí comencé a trabajar ya propiamente en el disco, pensando en el perfil que le quería dar: ¿cómo iban a ser los arreglos?, ¿con qué productor sería bueno trabajar?, ¿cómo va a ser el arte?, todo eso me requirió bastante tiempo, pero no hubo presión para entregar.

— ¿Te gustó el resultado?

— Estoy contenta de cómo elegí que quedara el disco, a final de cuentas fue un proyecto que yo asumí. Hice los temas que quería, con los productores que quería y con el arte que quería. Terminó por convertirse en una experiencia muy profunda y personal”.

— El primer sencillo del disco, “Quiero verte más”, es una canción feliz, pero mencionaste que no es un material que se pueda juzgar por un solo tema.

— Sí, me gusta el dicho de que “un platillo no se puede juzgar con una sola mordida” (risas). A nivel de composición, el disco tiene una dualidad. Tiene canciones severas, de contenido, con temas como Salvador, Entrevista y Crónica, que son temas con toques de denuncia, de corte social.

Y está el otro lado, el lúdico, el que es un poco más coqueto, con Yo lo busco y Qué sería, que son más viscerales, más biográficas. Es masculino, femenino, pop con contenido”.

— ¿Cuál es tu inspiración para escribir canciones de temáticas tan variadas?

— Yo me doy cuenta que no tengo una predisposición a considerarme un tipo de compositora. No me caso con el pop, la denuncia o el folk. Escribo lo que se me ocurre, lo que viene a la mente en ese instante, es mi respuesta ante lo que veo.

Hay canciones bailables, estruendosas sobre el escenario. Están también las que son más roqueras, que implica mucho movimiento. Otras donde toco el piano yo sola y cuento una historia. Todo eso lo van a poder ver en el Diana”.

Concierto de Ximena Sariñana y Francisca Valenzuela / Teatro Diana / Sábado 19 de mayo / 21:00 horas / Boletos de 165 a 605 pesos en el Sistema Ticketmaster

FRASE

"Una vez me dijeron que cómo es que hago rock si uso vestido, bueno, ¿rock es como me veo o lo que estoy cantando "

Francisca Valenzuela, cantautora.

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