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Kinetoscopio

Pocas nueces

Por: EL INFORMADOR

Thor está bajo la dirección de enneth Branagh. ESPECIAL  /

Thor está bajo la dirección de enneth Branagh. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (01/MAY/2011).- La trama de Thor es rápida y ruidosa. Mientras no se trate de combates, los demás acontecimientos  responden  a un razonamiento telegráfico que utiliza el menor número posible de señales para dar a entender lo que pasa a los personajes. Así, gracias al comité de guionistas de la película, se sucede un prontuario de motivos dramáticos variado y poco importante, pues hay traición, orgullo, deseos de venganza, secretos familiares, intrigas palaciegas, dolor espiritual, nobleza, amor, y sabiduría. El método reductor conquista su momento cumbre cuando el dios del trueno y la terrícola se besan con pasión. Una sola imagen les basta para informarnos de un vínculo sentimental jamás planteado. En cambio, amén de la música, la cinta se explaya en el volumen y manejo de los sonidos. Para empezar, el protagonista no tiene otra forma de articular su angustia, su cólera o sus ideas, que a gritos. Brama si riñe o si se siente indefenso. El resto de sus semejantes tienen la misma mala costumbre de subrayar su condición de dioses con grandes énfasis de voz.  Otros seres también demuestran sus buenas aptitudes para producir mucho ruido. Una especie de robot hace que el suelo retumbe a su paso, genera con efecto de turbina unos chorros de energía que cuando los expele recuerdan el rumor del fuego, y cada golpe que da tiene un eco metálico. Aparece también una criatura monumental, semejante a un saco de papas, que manifiesta su peso y peligrosidad con escándalo constante. Luego unos seres escarchados emanan hielo que se escucha como triturar vidrio. Y los fenómenos atmosféricos no se quedan atrás; los truenos resultan estrepitosos, el viento ruge a la menor provocación, la lluvia causa chapoteos.

Mediante un despliegue impresionante de efectos visuales, la película proporciona buena sustancia a mundos de fantasía y criaturas imposibles. Asgard, el mítico recinto de las divinidades nórdicas luce una combinación de elementos medievales y de ciencia ficción. Según afirma el protagonista, en un arrebato de convicción positivista, uno de los méritos de su sociedad es saber que la ciencia y la magia son lo mismo. Será por eso, que una suerte de enorme reactor que los ayuda a viajar de un punto a otro del universo tiene trazas de cañón y de esfera de Tesla, sin embargo, su operación requiere un sortilegio animista. La consecuencia más curiosa del funcionamiento de ese artefacto es que cuando se trasladan a la Tierra, el rayo transportador deja grabado en el suelo un bonito dibujo como de un cuño celta. Por el lado de las referencias medievales, la cinta plagia sin recelo un pasaje de la leyenda del rey Arturo, aquél en que la espada Excalibur queda incrustada en la piedra hasta que alguien digno logre extraerla sin esfuerzo.          

Thor, EUA, 2011; Dirección Kenneth Branagh; Guión: Ashley Miller, Zack Stentz, Don Payne, J. Michael Straczinski, Mark Protosevich, a partir de las historietas de Stan Lee, Jack Kirby, y Larry Lieber; Actuación: Chris Hemsworth, Tom Hiddleston, Natalie Portman, Anthony Hopkins.

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