Entretenimiento | Por Guillermo Vaidovits Kinetoscopio Picaresca afinada Por: EL INFORMADOR 17 de abril de 2011 - 01:39 hs GUADALAJARA, JALISCO (17/ABR/2011).- El concierto es una de las películas más agradables que he visto en los últimos años. Su director, el rumano Radu Mihaileanu, mezcla sin aparente dificultad sentimientos y personajes, drama y comedia, en una fantasía que, en último término, respalda la idea esperanzadora de que el destino sí ofrece segundas oportunidades. Desde un principio la narración concilia lo absurdo con la simpatía. Mientras pasan los nombres de los actores y el título de la cinta, también se muestran de cerca los ademanes de Andrei Filipov, el protagonista, al conducir una orquesta, y los de los músicos al ejecutar sus instrumentos. Cuando terminan los créditos, irrumpe el timbre de un teléfono celular desintegrando la ilusión que el espectador, y el personaje, se formaron de ese momento. La resolución de la escena obsequia una sorpresa y una broma cruel, pero también refleja la habilidad del cineasta para convertirnos de inmediato en cómplices de los sueños y las andanzas de Filipov. La trama avanza con soltura entre Moscú y París. Su motor principal es la suplantación de la identidad en plan hiperbólico. En vez de un solo impostor, tenemos toda una orquesta suplantada. Además se siembra otra clase de secreto, algo que tiene que ver con el pasado del protagonista y el de una joven violinista francesa de mucho éxito. Los pasajes de Rusia incluyen observaciones sarcásticas del contexto político y social. Aunque hay nostálgicos del comunismo, ahora el partido sólo tiene capacidad de organizar actos públicos muy deslucidos y faltos de convicción. Para tener asistentes emplean figurantes y los oradores sueltan discursos vacíos: “¡El pueblo está con nosotros, la historia está con nosotros. Construiremos la sociedad más justa del mundo!”. Por su parte, la nueva clase capitalista se revela vulgar y propensa al exhibicionismo. Una secuencia retrata la boda de un moderno magnate vinculado a la delincuencia. La fiesta incluye invitados contratados para hacer bola, un grupo de hombres ataviados como soldados romanos, un escenario de oropel, y un repentino enfrentamiento entre mafiosos. En general, los personajes actúan bajo los mandatos de los estereotipos culturales a los que pertenecen. Los franceses son engreídos, los rusos bebedores, los judíos se la pasan ideando cómo hacer dinero, y los gitanos en tranzas y fiestas acompañadas de música cadenciosa. Todos los elementos confluyen y logran acomodo en el tramo final. El director, de manera poco elegante según algunos críticos, abandona el argumento a las tácticas narrativas propias del suspenso extendiendo minutos y segundos para reforzar la emoción, y superponiendo planos temporales e imágenes, al estilo de las secuencias de montaje –así llamadas en los años treinta-, mientras deja escuchar una buena porción del concierto para violín opus 35 de Piotr Ilich Tchaikovsky. El concierto (Le concert), Francia/Rusia, 2009. Dirección: Radu Mihaileanu. Guión: Matthew Robbins, Alain Michel Blanc, Radu Mihaileanu. Actuación: Aleksei Guskov, Dimitri Nazarov, Mélanie Laurent. Temas Cine Kinetoscopio Lee También La recomendación de hoy en la cartelera de cine es “Stella, una vida” Los estrenos de Max del 25 al 29 de noviembre La recomendación de hoy en la cartelera de cine es “Tratado de invisibilidad” Sean "Diddy" Combs busca "tumbar" un documental desde la cárcel Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones