Martes, 26 de Noviembre 2024
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Kinetoscopio

La justicia ciega

Por: EL INFORMADOR

Antonio Zúñiga, protagonista de Presunto culpable.EFE  /

Antonio Zúñiga, protagonista de Presunto culpable.EFE /

GUADALAJARA, JALISCO (20/FEB/2011).- “Les habla Alfred Hitchcok. En otras ocasiones les he ofrecido una gran variedad de películas de suspenso. Pero esta vez quiero mostrarles algo diferente. La diferencia radica en el hecho de que ésta es una historia verídica. Cada una de las palabras es verdad. Sin embargo, contiene elementos más extraños que cualquier película de suspenso que yo haya hecho hasta el momento”. Ésta es la introducción que hace el legendario cineasta británico a su cinta El hombre equivocado (1956), donde el protagonista cae en las garras de un sistema de procuración de justicia insensible e incapaz. Los mismos conceptos, bien pueden servir de presentación a Presunto culpable, película estremecedora que vuelve palpable la idea de que la realidad supera con creces a la ficción.

Gracias al cine y la televisión sabemos que los procedimientos judiciales en otros países son atractivos y están llenos de buenas oportunidades dramáticas. En algunos lugares, los jueces y los abogados se ponen peluquines de bucles asombrosos. En la mayoría, los magistrados visten toga y usan un martillo para dictar sentencia o silenciar los alborotos. En la salas domina el orden, y los decorados austeros y solemnes. Los fiscales le sufren para convencer al jurado y al juez, los defensores son intrépidos y suspicaces, y la Policía investiga siempre hasta el último detalle. Las pocas veces que las películas mexicanas escenificaron tales acciones, lo hicieron adoptando también un tono artificioso. El juicio en Ahí está el detalle (1940) con Cantinflas es puro relajo, y el de El esqueleto de la señora Morales (1960) con Arturo de Córdova, funciona para culminar la trama, pero no para reconocer la realidad. En cambio ahora se muestra el limitado atractivo estético de los procesos legales nacionales. Y las imágenes son del más puro espanto. Bodegas con hileras interminables de expedientes amontonados en estanterías, legajos de cientos de páginas, agentes arrogantes, jueces perezosos,  secretarias descuidadas, calabozos sórdidos.   

Presunto culpable es un documental construido mediante una premisa argumental estrujante y un esquema narrativo absorbente.  Antonio Zúñiga, el protagonista, es un joven preso por un homicidio que no cometió, y que emprende una lucha llena de angustia contra una desesperante burocracia ministerial.  Como sucedió con The Cove (2009), película ganadora del Oscar en la categoría documental, los realizadores entendieron las claves genéricas de su material y las articularon correctamente supeditando lo retórico y lo informativo a los dictados de lo patético.  La cita de datos estadísticos, la revelación de fragmentos de las actas y los oficios, y otras ilustraciones documentales, se incluyen con un valor táctico, para elevar la tensión, antes y después del juicio. Logran hacernos partícipes del sufrimiento más nunca comprendemos a ciencia cierta por qué las cosas son como son.

Presunto culpable, México, 2009. Género: Documental Dirección: Roberto Hernández y Geoffrey Smith.

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