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Kinetoscopio

Heroína adolescente

Por: EL INFORMADOR

Escena de la película Temple de acero. ESPECIAL  /

Escena de la película Temple de acero. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (06/FEB/2011).- “¿Es Usted un hombre con agallas?”, pregunta una chica de 14 años con deseos de venganza a un tipo que cubre su ojo derecho con un parche, y luce desaseado incluso si viste traje formal. Aunque el hombre evade la respuesta, el pasaje siembra en la trama una referencia explícita al título de la película.
Se trata de una cinta de las que antaño se les decía “de vaqueros”, pero que ahora un sector sofisticado de los cinéfilos las califican, un tanto pomposamente, como Western. Género cuya longevidad es uno de los fenómenos más sorprendentes en la historia de la cinematografía. Como el musical, se niega a desaparecer  y resurge de vez en cuando aclimatándose a las maneras del momento. En sus épocas doradas el cine del Oeste era, por lo común, una comarca donde actuaban héroes fornidos y rozagantes. Al igual que en la vida real, el paso del tiempo deterioró ese mundo imaginario en la visión de los cineastas. En las películas actuales un pueblo del Oeste parece viejo y sucio desde siempre, no obstante pueda tener apenas unos cuantos años de fundado. Los vaqueros, por su parte, son la imagen desastrosa de un hombre civilizado. De acuerdo al canon de autenticidad vigente, es necesario evidenciar la mugre del pasado; en Temple de acero el primer encuentro de sus protagonistas, la joven y el desaliñado alguacil, ocurre mientras éste último puja en una letrina. Sin embargo, la escena no se recrea en lo sórdido sino que encuentra un tono levemente humorístico. Es la marca de fábrica de sus realizadores: los hermanos Coen.

Esa habilidad para reducir con gentileza la solemnidad de los acontecimientos sale a relucir en varias ocasiones. En la negociación con el comerciante de ganado del pueblo en la que la adolescente de trencitas logra imponer sus términos al viejo tiburón de los negocios. En la desdichada alternativa de dormir en la funeraria junto a los cadáveres o pasar la noche en la cama junto a una anciana que ronca a todo volumen. Durante la emboscada, en la inesperada acción que casi hace que un oficial presuntuoso y parlanchín se arranque su propia lengua de una mordida. O durante la escena de la horca, donde a dos condenados se les permite explayarse en sus últimas palabras, y cuando toca el turno al indígena apenas alcanza a decir dos palabras antes de que jalen la cuerda.

Si bien la mayor parte de la película se dedica a narrar cómo surgen y se estrechan los vínculos sentimentales entre los protagonistas a pesar de sus evidentes diferencias, hacia el  último segmento los realizadores suministran una fuerza inesperada al rol del villano a pesar de que su presencia en la trama resulta bastante breve.
 Temple de acero (True Grit), EUA, 2010. Dirección y Guión: Ethan Coen,
Joel Coen, a partir de una novela de Charles Portis.

Actuación: Hailee Steinfeld, Jeff Bridges, Matt Damon, Josh Brolin. 

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