Kinetoscopio

GUADALAJARA, JALISCO (28/NOV/2010).- Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sueños es demasiado para mí. La trama progresa con gran agilidad, a las imágenes de continuo las decoran líneas, letreros y otros elementos de diseño gráfico, y el impulso de todo tiene algo de espíritu chocarrero. Pero el humor y los acontecimientos son banales; no vulgares, no siniestros, no cínicos, no disparatados, solamente insustanciales.

Si la película anunciara algún producto tendría más sentido, porque sería un largo comercial de televisión bien realizado. Al no hacerlo, nos quedamos con la pura estética de publicidad, el gusto por el vértigo del artificio, y la ausencia de cualquier cosa interesante por más de 30 segundos. Es una película pensada para espectadores en permanente actitud adolescente, que pueden ver su vida reflejada en los libros de historietas, las teleseries de comedia, y los videojuegos.

El protagonista es un hombre joven de 22 años, flacucho de voz atiplada, que se enamora de una mujer que tiñe su pelo de un color distinto cada 15 días. Como en un cuento, la muchacha se le aparece primero en los sueños, y luego en la realidad. Ella tiene un secreto, lo llama “cargar equipaje” ó como le dice un amigo a Scott: “cicatrices de guerra”. Ese pasado confidencial transforma el resto del argumento en una combinación de aventuras de super héroe de caricatura y juego de Nintendo. El propósito es mostrar el amor en nuestros tiempos como una epopeya en la que lo maravilloso y lo tremendo de estar enamorado es representado como un torneo heroico cuya recompensa consiste en ganar combate por combate el corazón de la amada.

El director urde las secuencias como una recolección de efectos visuales adorables y sagaces. En partes, la pantalla es tratada como si fuera una página de cómic dividida en viñetas; acostumbra también colocar onomatopeyas al modo de rótulos sobrepuestos tal y como es normal en las tiras dibujadas y solía ocurrir en la vieja teleserie de

Batman. Para el timbre de una puerta incluye un “Ding Dong”, el sonido del teléfono es “Riiing”, tras el golpe de la cabeza del protagonista contra un poste, el impacto le sugiere un “Thonk”, la andanada de insultos de una amiga la obstruye con un recuadro negro sobre la boca, y cuando la novia adolescente de Pilgrim, a la que está a punto de botar, le declara su amor, esa palabra emerge del suspiro del personaje como una densa voluta de humo rosa que amenaza envolverlo, y él puede dispersar con disgusto.

Edgar Wright es un cineasta brillante y esmerado. Lo demostraron sus cintas anteriores, una admirable sátira del cine de zombies y una buena parodia del de policías audaces. Ahora sus trucos visuales y su ánimo jovial acaban extraviados por una sobrecarga de cultura pop mediatizada.

Scott Pilgrim vs. los ex de la chica
de sus sueños (Scott Pilgrim vs. the World), Canadá / EUA / Inglaterra, 2010. Dirección: Edgar Wright. Guión: Michael Bacall, Edgar Wright, a partir de las novela gráfica de Bryan Lee O’Malley. Actuación: Michael Cera, Ellen Wong, Mary Elizabeth Winsted, Kieran Culkin, Allison Pill.