Entretenimiento | Por: Guillermo Vaidovits Kinetoscopio ¡A llorar se ha dicho! Por: EL INFORMADOR 24 de octubre de 2010 - 01:25 hs GUADALAJARA, JALISCO (24/OCT/2010).- Entiendo que el asunto es honesto, pero tanta gana de sufrir me resulta sospechosa. Biutiful regala al espectador, a un mismo tiempo, las muchas miserias de un ser humano, orquestadas por una narración que decreta sin concesiones la desdicha total de su protagonista. Uxbal, interpretado con gran habilidad por Javier Bardem, es la versión new age del santo varón Job. Insinuación religiosa que hago a propósito porque la película a través de su argumento profesa una especie de visión trascendental laica, para la que el más allá es una dimensión en la que encuentra tranquilidad quien en vida subsistió a base de privaciones y desgracias. Aunque para no entrar en honduras por lo esquivo del tema, el director, después de mostrar el consuelo ultraterreno de su personaje, lo abandona de sopetón cuando pregunta: ¿qué hay? Sin embargo, no se trata de la única alusión sobrenatural, hay un par de secuencias más en las que la película juega en el terreno del cine de horror, con espíritus que se reflejan en los espejos o que se agazapan en los techos. La estructura de la historia utiliza una estrategia que se llama “in extremas res”, es decir, se inicia por el desenlace, y luego sigue una retrospección explicativa que cuando acaba vuelve a llevar al mismo punto, con lo que resuelve el enigma de los momentos iniciales con la vista de dos manos, y el sonido de dos voces, distintas, una de niña y una de hombre, más las imágenes de unos hombres platicando en la nieve, que en lo inmediato parecen no pertenecer al relato que comienza a contarse. La mayor parte del tiempo, la fotografía está atenta a descubrir y captar la imperfección material, y el deterioro de los ambientes. La pintura descascarada de las paredes, las ropas desgastadas, la apariencia poco apetitosa de los alimentos, la monotonía de cuadras y cuadras de azoteas descuidadas, las esquinas de los callejones con basura, las chimeneas que ensucian el cielo con humo. De pronto también cede a impulsos decorativos, como en el segmento en donde se ven los cadáveres que regresa el mar a la playa. En otras partes es el diseño de arte, el que fantasea con aderezos como el del club de desnudistas, donde las mujeres que bailan portan máscaras que imitan el aspecto de los senos, y tienen el trasero adornado con motivos visuales del mismo orden. Por si no fuera suficiente el infortunio individual del protagonista enfrentado a una enfermedad terminal, el realizador construye a su alrededor una galería de depravados. Su esposa es una adicta sin remedio, su hermano lo traiciona sin ningún arrepentimiento, el socio chino con el que trafica trabajadores ilegales se pervierte con un amante homosexual malintencionado, el policía corrupto que soborna se vuelve en su contra. Algunos elementos naturales abonan también al simbolismo de mal agüero. Tal es el caso de la parvada de aves negras que vuela caprichosamente, o las enormes mariposas de alas oscuras que se posan en el techo del departamento. Biutiful, España/México, 2010 / Dirección: Alejandro González Iñárritu / Guión: Armando Bo, Nicolás Giacobone, Alejandro González Iñárritu / Actuación: Javier Bardem, Guillermo Estrella, Hanaa Bouchaib, Maricel Álvarez Temas Kinetoscopio Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones