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Kinetoscopio

Fantasía sobre el espíritu femenino

Por: EL INFORMADOR

Escena de la película Madre e hija, de Rodrígo García. ESPECIAL  /

Escena de la película Madre e hija, de Rodrígo García. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (10/OCT/2010).- Con motivo de Madre e hija, su más reciente largometraje, el cineasta Rodrigo García manifestó su predilección por lo que llamó: “los mundos psicológicos reales”. Eso en la película se traduce en un acercamiento a la intimidad de los personajes. Qué preocupaciones cargan, qué emociones impulsan sus conductas, qué sentimientos callan.

Alrededor de esas vivencias, García compone un cuadro con varias mujeres que enfrentan las consecuencias de la adopción. La mujer madura marcada por un embarazo indeseado en la adolescencia, la esposa infértil que busca satisfacer los anhelos de paternidad de su marido, la enigmática abogada, hija adoptiva, que a pesar de su éxito profesional acepta convertirse en madre soltera.

En su mayor parte la trama es un estudio interesante de esas personalidades, hasta que al director le da por plantear casualidades un tanto maravillosas. Una carta que no se guarda en el expediente correcto y que luego de un año se descubre el error, una esterilización que no funciona, un nacimiento y una muerte simultáneos, un arrepentimiento de último momento. Acontecimientos hasta cierto punto forzados para maniobrar las conexiones entre los personajes, y evocar un tono poético artificial, es decir, un embellecimiento de los pasajes fuertes con el fin de volverlos objetos enternecedores para la contemplación. En estas partes se recurre a trucos fotográficos como los desenfoques y la cámara lenta, o a atenuar el sonido de la escena con música melancólica o silencios sutiles.

Como las mujeres son las protagonistas, los hombres aparecen al servicio de ideas muy simples. Uno, hace del tipo más paciente que se haya visto, y soporta sin visible esfuerzo el mal humor y los desaires a que lo somete una de las figuras femeninas. Otro, es un compañero pasivo que no se atreve a interrumpir o contradecir lo que dice su mujer, y que desaparece de la historia sin dejar huella. Otros dos son apenas un pretexto para demostrar la rareza del comportamiento sexual de la tercera dama.

Destaca en el conjunto el interesante retrato del estilo de vida de la clase media estadounidense, con sus casas y colonias normales; así como la fuerza de ciertas escenas, ejecutadas con gran convicción por los actores. Es el caso de la primera entrevista de la chica embarazada con la pareja que aspira adoptar a su bebé, donde el diálogo y las reacciones adquieren una naturalidad fascinante. O la singular escena de sexo entre la abogada y su nuevo jefe, que indica cuán sumida en su neurosis está esa mujer. Por una parte se complace y complace a su pareja ocasional, pero dominándolo, de modo que el contacto físico no implique ningún contacto afectivo.  

Madre e hija (Mother & Child),
EUA, 2009. Dirección y Guión: Rodrigo García. Actuación:
Annette Benings, Naomi Watts, Kerry Washington, Jimmy Smits, Samuel L. Jackson

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