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Kinetoscopio

Enigma entre líneas

Por: EL INFORMADOR

Cartel de la película dirigida por Roman Polanski El escritor fantasma. ESPECIAL  /

Cartel de la película dirigida por Roman Polanski El escritor fantasma. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (03/OCT/2010).- Roman Polanski no es propenso al escándalo en sus películas, sin embargo, no ocurre lo mismo con sus asuntos personales. Hace pocos meses, como solía ocurrir décadas atrás, en los medios informativos de todo el mundo circularon noticias que trazaban el retrato de un hombre perverso, fugitivo de la justicia. Posiblemente Polanski no sea una buena persona, su cine en cambio muestra el trabajo cuidadoso y preocupado de un  maestro, y con la reciente El escritor fantasma vuelve a dar prueba de ello.

Cuando la moda en el suspenso son los “gritos y sombrerazos”, saltos sorpresivos y tensión construidos como una rapsodia de efectos especiales, montaje vertiginoso y música a todo volumen,  Polanski recurre a evocar el peligro y la fatalidad a través de momentos de calma desesperante y amenazadora. Tomemos el inicio de la película. Es de noche y un barco trasbordador se acerca al muelle. En la embarcación los automovilistas se alistan para descender una vez que la plataforma está colocada. Comienza la salida de vehículos, y no aparece el conductor de una camioneta que estorba el paso; más, poco a poco salen todos, y la camioneta queda abandonada. Llega una grúa que engancha la camioneta. Ese grupo de imágenes despierta nuestra preocupación. La música con suma discreción amplía la sospecha. ¿Qué le pasó al dueño del automóvil? Lo siguiente que vemos nos ofrece la respuesta, así como la certeza de que muchas veces ocurren cosas que nadie advierte, y que esos actos son el campo de labores de algunas personas. Sin una pizca de diálogo, el director nos entrega un planteamiento que destila intriga.

El término escritor fantasma lo usa la industria editorial de Los Estados Unidos –en Francia en la época de Alejandro Dumas les llamaban: negros- para designar a los verdaderos autores que redactan y dan forma a las memorias u otros textos de gente famosa pero sin capacidades literarias; por lo general actores o políticos. Ese trabajo invisible nunca recibe reconocimiento en el libro publicado. En la película, además de aludir a la función que cumple el protagonista, el significado del título se extiende a las operaciones políticas encubiertas.

Como en sus cintas anteriores El bebé de Rosemary, Chinatown y El inquilino, en ésta Polanski narra la paranoia que germina, crece y sofoca al personaje central y su caída en una red de engaños, que termina obligándolo a repetir la trayectoria de su antecesor en el trabajo. Salvo el pasaje descrito antes, toda el resto de la trama se contempla a partir de la presencia en escena del escritor bajo contrato que presiente una conspiración de una dimensión mayor a lo que puede comprobar. El desenlace reserva una sorpresa de último minuto que le otorga la razón de un modo, hasta cierto punto, irónico.


El escritor fantasma
(The Ghost Writer),  Alemania/ Francia/ Inglaterra, 2009; Dirección: Roman Polanski. Guión: Robert Harris, Roman Polanski. Actuación: Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Olivia Williams.   

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