Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Por: Guillermo Vaidovits

Kinetoscopio

Emociones intensas

Por: EL INFORMADOR

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GUADALAJARA, JALISCO (06/JUN/2010).- Camino es una película española que ganó varios premios y desató algo de polémica.

Javier Fesser, su director-guionista-editor, es el creador de una comedia muy discreta y brillante, El milagro de P. Tinto (1998), y de un sainete, cargado de humor anárquico y chispeante, basado en los personajes de caricatura Mortadelo y Filemón (2003).

A la nueva cinta no le falta vivacidad, pero su perspectiva emocional anda más cercana del drama. Fesser narra con buen dominio de medios, y sensibilidad, la historia de un personaje que tiene una capacidad enorme de ternura, y un sentido sano de la religión. En cambio a su alrededor se advierte un conjunto de seres afectados por sus convicciones y sentimientos. Es a través de estas visiones opuestas de la fe, positiva una, tenebrosa la otra, donde resulta más certero, sin perder nunca la moderación, el retrato de las nefastas manipulaciones que practican las órdenes religiosas con sus devotos. El director organiza la trama mediante un esquema “in medias res”, latinajo que significa a la mitad aunque, por lo común, aplicado al cine quiere decir que comienza en un punto de tensión cercano del final para luego retroceder en el tiempo y exponer cómo llegaron las cosas hasta ahí. En el primer momento se asiste a una situación de fatalidad y gran dolor. Lo que se dice y hace, parece tener un sentido bien definido. Más, por obra del procedimiento aplicado, cuando se vuelve a arribar a la escena la impresión que se tuvo debe reconsiderarse, pues los actos y expresiones se entienden ahora a la luz de muchos acontecimientos más. El efecto que se logra en el arranque es un buen ejemplo del modo en que, a veces, los realizadores formulan una situación aprovechando el conocimiento que los espectadores ya tienen. Así también la escena de la primera consulta médica se construye sobre emociones que a cualquiera le son conocidas. Es la recreación del típico examen donde el doctor no explica nada de lo que le pasa al paciente, se comporta como si le estuviera haciendo un favor, y hace con el enfermo lo que él estima necesario. Otras partes, dejan observar también muy de cerca procedimientos clínicos agresivos, y una falta general de tacto en el trato a los pacientes.

Fesser desarrolla su argumento mediante dos mundos intercalados: el de la realidad cotidiana, las brutales intervenciones quirúrgicas, la vida en familia, y el de la fantasía de una niña. Esa imaginación fabrica por igual pasajes de gran colorido y amabilidad parecidos al universo de las ilustraciones de libros para niños, que otros que semejan  ensoñaciones místicas, con arcángeles y figuras religiosas. El más portentoso de estos últimos, es una alucinación siniestra que hace vagar al personaje por un cementerio para después reunirlo con un ángel refulgente y espantoso, que al parecer grita de miedo.

Camino, España, 2008. Dirección y Guión: Javier Fesser. Actuación: Nerea Camacho, Carme Elías, Mariano Venancio, Claudia Otero.

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