Entretenimiento | Por Guillermo Vaidovits Kinetoscopio Inmortal Por: EL INFORMADOR 3 de enero de 2010 - 04:37 hs Arthur Conan Doyle inventó un personaje –Sherlock Holmes- tan fácil de imaginar que con el tiempo su héroe pasó a formar parte del patrimonio de la humanidad. El propio autor hizo con él lo que quiso. Lo mató en una aventura y en otra, más tarde, lo revivió; le otorgó grandes dotes para el arte de la lucha japonesa llamada “baritsu”, una adicción a la cocaína y la tendencia a tocar mal el violín. Lo jubiló para cuidar abejas y lo sacó del retiro para salvar Inglaterra en algún momento de la Primera Guerra Mundial. A Conan Doyle siempre le tuvo sin cuidado la falta de consistencia literaria de su detective, en cambio W.S. Maugham, un compatriota suyo también escritor, se sorprendió de las carencias “no hay modo de saber más de Sherlock Holmes después de leer 50 relatos, que tras leer tan solo uno” declaró un poco exasperado. En el transcurso de los años otros escritores conjeturaron sin mucho problema nuevas andanazas y hazañas del personaje. El cine y la televisión han aprovechado desde siempre la popularidad del investigador. Las primeras películas son producciones danesas (1909) y alemanas (1916), y en la pantalla chica se han hecho versiones canadienses, estadounidenses, soviéticas y, por supuesto con más regularidad, británicas. Para los cineastas, los guionistas y los productores de Hollywood, uno de los atractivos del personaje es su flexibilidad, la comodidad con que se le pueden añadir cosas y tomarse licencias con él. Ejemplos de los últimos 40 años lo muestran queriendo resolver el enigma del monstruo de Loch Ness a la vez que expone su sexualidad oculta (The Private Life of Sherlock Holmes, 1970), recurriendo a Sigmund Freud para curarse de su adicción (The Seven Percent Solution, 1976), averiguando sobre Jack el Destripador (Murder by Decree, 1978), como un adolescente que remeda los lances de Indiana Jones (Young Sherlock Holmes, 1985), o como una fabricación de su ayudante el Dr. Watson (Without a Clue, 1989). El montaje más reciente se llama Sherlock Holmes a secas, y fue emprendido por un equipo de cuatro guionistas, un realizador inglés con algo de celebridad, y un actor estadounidense de probada capacidad interpretativa. Es una película de acción vistosa y ruidosa como las que las grandes compañías productoras acostumbran lanzar cada verano para deslumbrar adolescentes. Si se ha visto alguna cinta de Guy Ritchie se sabrá que narra la acción con ayuda de efectos visuales sorprendentes y le gusta que sus personajes se insulten. Compone la sensación de vértigo con el movimiento de la cámara y la rapidez de los cortes, o utiliza la cámara lenta para acentuar el aplomo de los personajes. Aquí utiliza esa lentitud para comunicar, por ejemplo, la manera en la que el protagonista calcula cómo atacar a un enemigo. Si no se ha visto una película de él, basta saber que ésta parece una mezcla de los Harry Potter, los Transformers y los X Men. Sherlock Holmes, EUA, 2009/ Dirección: Guy Ritchie/ Guión: Michael Robert Jonson, Anthony Peckham, Simon Kingberg, Lionel Wigram/ Actuación: Robert Downey Jr., Jude Law, Rachel McAdams, Mark Strong. Temas Kinetoscopio Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones