Entretenimiento | Por Guillermo Vaidovits Kinetoscopio Las barbaries del ser humano Por: EL INFORMADOR 13 de septiembre de 2009 - 01:15 hs Ari Folman nació en Haifa, Israel, en 1962, cuando el principal partido político del país era el MAPAI, de carácter socialista, laborista, y demócrata. Era la época anterior a Golda Meir, la guerra de los Seis Días, y la agudización de las tensiones con los países árabes, y con el pueblo palestino, que fructificaron en la fundación de esas organizaciones virulentas con nombres fogosos como la OLP y Hezbolah. A sus 19 años Folman inició su servicio militar como soldado del ejército israelí que invadió Líbano, y que ofreció a las milicias falangistas las facilidades de realizar las masacres de Sabra y Chatila so pretexto de vengar el asesinato del tenebroso Bashir Gemayel. Hacia mediados de los años ochenta cuando terminó su temporada de recluta, perdió el tiempo viajando y después estudió cine. En 1991 con su película de tesis ganó el premio a Mejor documental de la Academia Nacional de Cine de su país. Luego trabajó para la televisión como director de series documentales y comenzó con éxito a realizar largometrajes en 1996. Vals con Bashir es su tercero desde entonces y el ejemplo más acabado hasta la fecha de cómo las técnicas de animación prodigan algo más que un cine de carácter infantil. La cinta explora los recuerdos y las impresiones de las jornadas sangrientas que el propio cineasta vivió en su juventud. Constituido como personaje central, a lo largo de la trama intenta refrescar su memoria mediante sucesivas conversaciones con distintos conocidos de la época. En la primera plática uno de sus excompañeros le cuenta cómo se siente atormentado por un sueño misterioso en el que, sin faltar uno, siempre lo enfrentan 26 perros. El encuentro activa una imagen que se vuelve obsesión entenderla. Luces de bengala caen del cielo nocturno sobre la ciudad de Beirut en ruinas por los efectos de la metralla y las explosiones, bajo ese fulgor aciago el realizador se ve a sí mismo salir del mar desnudo, armado con un rifle de asalto, y vestirse en la playa con sus ropas militares, frente a él y sus dos compañeros de pelotón, un paisaje de edificios devastados. El momento es muy efectivo, está construido de tal modo que parece un trance hipnótico, y se transforma en un motivo recurrente que justifica la búsqueda de más testimonios, la mayoría apabullantes. También aporta una suerte de enigma que mantiene el interés hasta su revelación final. Es evidente que para el director la guerra es sólo muerte y destrucción. Nada queda en tales acciones de glorioso, heroico, o loable. Los segmentos que muestran el combate enseñan a soldados miedosos que disparan en todas direcciones, y que no tienen idea de lo que hacen ni de lo que les espera. Y las imágenes con que termina aplastan cualquier satisfacción que se pueda sentir por los resultados de la acción guerrera, y por el encanto que le hubiera proporcionado su estilización con las técnicas de animación. Vals con Bashir (Vals Im Bashir), Israel / Alemania/ Francia, 2008. Dirección y Guión: Ari Folman. Ilustración y Dirección de Arte: David Polonsky. Dirección de Animación: Yoni Goodman. Temas Kinetoscopio Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones