Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Por Guillermo Vaidovits

Kinestocopio

Misticismos de actualidad

Por: EL INFORMADOR

Por casualidad, este fin de semana aparecen juntas en la cartelera tapatía dos películas que transcurren por el mismo camino con igual carencia de fortuna. Los fabricantes de ambas ficciones poco se preocupan por la verosimilitud de sus historias, la consistencia psicológica de sus personajes, y la eventualidad de que no exista el más allá ó de que, si existe, no se parezca en nada al cine hollywoodense y de cualquier otro país. Ya lo decía el filósofo Ludwig Wittgenstein “de lo que no podemos hablar debemos pasarlo en silencio” refiriéndose a que con el pensamiento podemos abordar de modo certero o fallido tan solo los hechos posibles de la experiencia y del mundo, de aquello que no forma parte de esos ámbitos, cuando intentamos tratarlo, estamos destinados a detallar sandeces. Pero en el arte, y en el negocio del cine, no se trata de seguir reglas sino de tomarse licencias. En consecuencia, los cineastas terminan sugiriendo, de mejor o peor manera, que la muerte regala a las personas una vivencia intrigante, poética, y la oportunidad de persistir y alcanzar la felicidad.

El método que produce tal estado de armonía difiere en las dos cintas; en un caso se trata de un accidente de aviación Almas pasajeras, y en el otro, Desde mi cielo de la violación y el asesinato.

La primera es obra de Rodrigo García, quien filmó anteriormente dos buenos y sólidos dramas (Con tan solo una mirada y Nueve vidas) basados en guiones propios, y que irrumpe ahora como ilustrador de un argumento del escritor de teleseries Ronnie Christensen. García hace bien lo que sabe, crear atmósferas, imprimir tono dramático a las escenas, matizar las actuaciones; pero nunca encuentra un punto de desarrollo claro en la trama, porque ésta pertenece al tipo ¿qué fue lo que pasó?¿qué pasa?¿para dónde va esto? En otras palabras, guarda secretos y es tramposa. La combinación deambula por diversos géneros, en partes plantea una conspiración y brinda toques de miedo, en partes insinúa un romance y un conflicto familiar. En el final recurre al truco, algo desgastado, de introducir un giro sorprendente que proporciona una nueva perspectiva de la situación inicial, lo cual sirve también para aclarar todos los cabos sueltos.

La otra película es de Peter Jackson, celebérrimo realizador de la extenuante trilogía El selñor de los anillos, y a su gusto expurga una novela de Alice Sebold. Jackson merodea con efectos especiales un relato que amalgama elementos de misterio policíaco y melodrama. El espíritu de una adolescente observa el dolor de sus padres por su muerte, y los esfuerzos que hacen para descubrir al culpable, mismo que se puede reconocer sin problema desde el principio.  

Almas pasajeras (Passengers), EUA, 2008. Dirección: Rodrigo García. Guión: Ronnie Christensen; Actuación: Anne Hathaway, Patrick Wilson y David Morse.

Desde mi cielo (Lovely Bones), EUA / Inglaterra / Nueva Zelanda, 2009. Dirección: Peter Jackson. Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson. Actuación: Saoirse Ronan, Rachel Weiz, Mark Wahlberg y Stanley Tucci. 

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