Viernes, 22 de Noviembre 2024
Entretenimiento | El cineasta logra dar voz y rostro a temas poco tratados

Juan Carlos Rulfo y la realidad a través del cine

En su búsqueda personal logra dar voz y rostro a temas poco tratados. Ahora con ''Carrière, 250 metros'' le interesa el porvernir

Por: EL INFORMADOR

Juan Carlos Rulfo presentó su película Carrière, 250 metros en el Festival de Cine de San Sebastián.  /

Juan Carlos Rulfo presentó su película Carrière, 250 metros en el Festival de Cine de San Sebastián. /

GUADALAJARA, JALISCO (25/MAY/2012).- La cita de Antoine de Saint-Exupèry en voz de "El Principito": “Al final siempre vamos a lo que nos atrae” parece aplicar en lo real y en lo surreal a Juan Carlos Rulfo. Hombre de linaje excepcional.

Siendo hijo de Juan Rulfo y Clara Aparicio, Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Aparicio sigue buscando respuestas a preguntas paternas. Éstas aparecen lanzándole otros cuestionamientos en vagones, aviones y puños de mariposas que son historias, como en la película de su autoría "Carrière, 250 metros" estrenada apenas en el Festival de Cine de San Sebastián.

Su búsqueda personal le llevó a la cinematografía y fue su propia obra la que le habló de lo esencial de su motivo: “Deja de buscar a tu padre y capta en el presente a estos personajes que no son fantasmas”. Entonces ha encontrado la manera de homenajear a esos seres que pueblan sus historias y al mismo tiempo como autor y con certeza, habla de lo que pasa en el país.

El 24 de febrero del año 2012 se estrenó a nivel nacional "De panzazo", que aborda el tema de la educación en México. Un trabajo por encargo, hecho en dupla con el periodista Carlos Loret de Mola.

"Carrière, 250 metros" y "De Panzazo" se hicieron, dice Rulfo, de manera paralela y con personalidades muy distintas. Carrière… se erigió como un viaje en el tiempo a la poética figura de quien fuera el guionista y surrealista colega de Buñuel y autor de guiones como "El tambor de hojalata" o "La insoportable levedad del ser".

— Bueno pues hablando de realidades nacionales y mundos mejores, ¿cómo fue el proceso de “De panzazo”?

— Aprendí mucho que en estos momentos políticos, sí hay un desgaste social muy fuerte y esto genera una polarización tremenda. (...) Se fue mucha energía por parte de los “sabios” sobre temas educativos en criticar la forma en la que está hecha la película. Cuando lo principal es sacar a la luz un tema importante, seguir adelante y llegar hasta el fondo.

— ¿En algunos asuntos importantes en términos sociales, una de nuestras características es la falta de autocrítica?

— Me dan mucha flojera las respuestas simplistas de algunos sectores, sobre todo de la izquierda, que curiosamente fue la que más me sorprendió. (...) Yo creo que la misma Gordillo (Elba Esther) está feliz de ver cómo solitos se hacen pedazos.

— Bueno, pues si alguien sabe cómo reaccionan ciertos sectores es ella.

— Yo la admiro. Será lo que sea y será quien sea, pero tiene una manera de manejar su asunto, fantástico. Y los otros sectores no. No nos sabemos entender, no sabemos sumar, coincidir y actuar en pro del crecimiento de una idea para poder llevarla a cabo.

— Háblanos de tu discurso en “De panzazo” y “Carrière...”

— En todas las películas de lo que me agarro es del lenguaje y hago un homenaje a la gente. Yo entré a "De panzazo" porque iba a tratar de darle cara a la gente, al tema. Y luego viene el tema del porvenir a través de un homenaje a alguien que me hubiera gustado que fuera mi padre, Jean-Claude Carrière. Y es como cerrar el círculo de "El Abuelo Cheno" (...) el epígrafe de la película es: “Es bueno escuchar historias, porque tal vez escuchándolas nos volvemos más sensibles y podemos conocer el mundo”. Ahora estoy en una especie de recogimiento y tratando de trabajar en cosas que son las que valen la pena en la vida.

— El patio de tu casa es México, ¿cómo está ese patio?

— Como abusado. México no lo conocemos. El cine es un excelente lente para poder observar lo que pasa en ese patio y yo creo que no nos hemos asomado a verlo realmente. Tratamos de que las comunidades indígenas hagan lo que los grandes estudiosos dicen que tienen que hacer, cuando las comunidades indígenas tienen que desarrollarse a través de sus propias costumbres. Y es una óptica que no acabamos de aterrizar, por eso el cine que tenemos, es el cine que tenemos.

Escritores, ya se fueron. Quedan pocos. Ya no está Carlos Monsiváis, ya no está Carlos Fuentes, ya no están muchos, entonces cómo vamos a poder ver esto si no hay esa claridad, si no te puedes asomar a una cosa muy sencilla, que es tu patio.

— Hay una incomodidad general, no necesariamente articulada...

— Hay dos temas; la conscientización y el poder hacer algo para que cambie el chip. Hay mucho sobre conscientización pero no hay una tarea clara de lo que hay que hacer para poder cambiar. En el caso del cine documental, pienso en Everardo González, en Tatiana Huezo y me hacen sentir cobijado. El cine de ficción no lo logra ver todavía, se queda un poco en el tremendismo y eso no necesarimente es conscientización, eso es otra cosa. Los argentinos ya lo lograron, hay una película El secreto de sus ojos de Juan José Campanella, es fantástica. El argentino está todo el tiempo pitorreándose de sí mismo, tiene mucho humor y (la película) al mismo tiempo está trabajada en un contexto de represión, pero sobre eso hay una vida cotidiana que es una historia de amor, que sobresale pese a todo.(...) Pienso en Miss Bala que me encanta y pienso en Días de gracia, yo no sé dónde está lo esperanzador ahí, están muy bien hechas las dos... pero cómo vivimos en este mundo en el que pasan estas cosas.

— Y bueno, quién sí para la silla presidencial...

— Yo sí estoy con López Obrador, porque prefiero, si va a haber un cambio, que sea fuerte, tremendo, rico. (...) Leía Éramos niños, de Patti Smith, y precisamente es un homenaje a esa vida cotidiana en la que ella vivió. Matan a Martin Luther King, matan a Kennedy y de repente poco antes de que maten al hermano, están felices de ver cómo el senador logra la mayoría de los votos y ¡gana! y al día siguiente lo matan. (...) Imagínate, estás hablando del país más poderoso del mundo, en un momento como los sesenta en el cual la cultura norteamericana está creciendo y dando mucho de qué hablar, está el movimiento hippie, The Beattles, The Doors. Todo está creciendo, pasa eso, se te cae el mundo, pero hay una sensación de esperanza. (...) Si la mayoría según las estadísticas —en las cuales no creo— dicen que Peña Nieto va a la cabeza, pues respeto a la población que está harta de lo que ha pasado, pero cómo decirle que puede haber otra manera de funcionamiento.

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