Jeremy Renner, en ascenso

GUADALAJARA, JALISCO (23/AGO/2012).- Difícilmente se le ve sonreír dentro o fuera de las grabaciones. Su mirada deja entrever una curiosa mezcla de dureza y calma. No es el prototipo de galán y se conocen muy pocos detalles de su vida privada. Lo que sí se conoce bien es que a sus 41 años, Jeremy Renner está apretando el acelerador en su vida.

La actuación es algo que le apasiona y que hace con placer. Pero la fama es un elemento al que apenas se está acostumbrando. “Todos mis trabajos en el cine me han cambiado la vida, desde siempre. Lo único distinto es que ahora son papeles que tienen mucho éxito comercial”, explica el artista.

El reconocimiento masivo puede llegar pronto para algunos, pero en otros casos es un proceso mucho más lento. Eso le ocurrió a Renner, un histrión al que le tomó casi 20 años llegar a lo más alto de las marquesinas cinematográficas. Por estos días se puede ver su trabajo en pantalla con El legado Bourne, pero antes lo hizo con Los Vengadores y la cuarta entrega de Misión: Imposible.

Hasta hace poco, su trabajo difícilmente era el de protagonizar filmes. Eso no significaba que se tratara de un mal actor. Simplemente se sentía más cómodo con los papeles de soporte. De esos que ayudan a que la historia avance, pero que en muchas ocasiones tienen poca luz.

“La razón por la que es tan buen actor es porque es un tipo muy complicado. Tienen muchas aristas”, afirma el guionista y director Tony Gilroy, quien escribió la historia de El legado Bourne. “Puede ser m uy alegre cuando quiere, pero también muy duro cuando es necesario”.

La paciencia es el otro gran atributo en la carrera del nacido en California. El papel estelar en El legado Bourne lo obtuvo cuando Matt Damon (quien protagonizó las primeras tres películas) se negó a retornar a la serie.

La ausencia de Damon no desanimó Universal Studios, quienes estaban determinados a seguir con la saga, con o sin él. Fue entonces Gilroy tuvo que crear un nuevo personaje: Aaron Cross, a quien encarna Renner. El resto es historia que se sigue escribiendo.

Hombre de mil historias

“Nadie te puede presionar para hacer un mejor trabajo que tú mismo”, explica Renner. Esa es la filosofía con la que se mueve de papel en papel, y parece que hasta ahora le ha funcionado.

Nacido en Modesto, California, en 1971, Jeremy Renner creció en una familia disfuncional que hizo que de joven se mudara de Los Ángeles a San Francisco. La pasión por la actuación es algo que lo acompañó desde pequeño, aunque reconoce que la criminología es algo que también le llamaba la atención.

Sus primeros papeles en la pantalla grande le llegaron a la mitad de la década de los años noventa. En esa época tenía que combinarlos con el teatro y los estudios.

Se conoce tan poco de él que es mucho lo que se inventa sobre su vida. Se dijo que alguna vez estuvo involucrado en una violenta pelea en un bar de Tailandia, que es un bebedor sin control e incluso que es gay. Él niega todo lo anterior. Cuando le preguntan sobre novias, responde que “vengo de una familia muy grande que está llena de casos de divorcios. Prefiero seguir otro camino, así que decidí casarme con mi carrera”.

Pero los rumores siempre han sido secundarios a su trabajo. El año clave en su vida fue 2008, gracias a su interpretación del sargento William James en Zona de miedo (The Hurt Locker). “Fue una gran oportunidad para impulsar mí carrera. Ese papel era del tipo que terminan quedándose en las manos de Russell Crowe (risas), así que me considero muy afortunado”.

El temple y la expresión de acero que demostró en esa película llamaron de inmediato la atención del resto de los productores. No tardó en llegar la propuesta para Misión Imposible 4: Protocolo fantasma, donde compartió los reflectores con Tom Cruise. Le fue tan bien, que se rumora que en la quinta parte sería él quien se quede con el papel protagónico.

“No tengo idea de qué es lo que vendrá en mi vida”, reconoce con la seriedad que le caracteriza. “No me gustaría tener una esfera de cristal que me lo diga. No soy de los que se ponen a pensar cómo será el futuro y tampoco suspiro por lo que ya fue. Simplemente disfruto el presente”. Y para Jeremy el presente, al menos por ahora, es brillante.

El dato
No era la primera opción

Pese a que Jeremy Renner triunfó en la taquilla con su encarnación de Aaron Cross en El legado Bourne, los productores reconocen que él no era la primera opción para el papel. Ni la segunda.

Tony Gilroy, director del filme, reconoce que antes de él pensaron en Joel Edgerton (Warrior) o Oscar Isaac (Drive). Pero fue entonces cuando Renner audicionó. “Cuando lo vimos, pensamos que era la mejor elección, que teníamos que aprovechar que mucha gente no lo conocía todavía, pues eso ayuda a que el público se sorprenda más al verlo”.