Jennifer y Owen lidian con “Marley”

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- La oportunidad de comenzar una nueva vida como recién cazados en la cálida ciudad de West Palm, en Florida, animó a John (Owen Wilson) y Jenny (Jennifer Aniston) a dejar todo atrás. Los días en la ciudad paradisiaca sólo se ven interrumpidos cuando la pareja adopta a Marley, un pequeño perro que no tarda en ponerles la vida de cabeza a ellos y a todos sus conocidos.

Marley y yo, cinta que llega este 16 de enero a las carteleras mexicanas plantea la eterna pregunta que muchos se hacen al momento de comprar un tierno cachorro: ¿quién doma a quién? Y es que cuando se trata de conseguir sus objetivos, Marley, un labrador blanco, no duda en utilizar su encanto, destreza o hasta la fuerza conforme va creciendo. Todo sea en nombre de una deliciosa croqueta.

Jennifer Aniston y Owen Wilson ven esta película como la manera perfecta de relajarse un poco mientras trabajan. Y es que ambos actores están bajo el constante acoso de la prensa del corazón en Estados Unidos, así que apenas tuvieron el guión de la película en sus manos aceptaron encantados, aunque conscientes de que los durante los días de rodaje serían víctimas de las travesuras del encantador Marley.

Nada complicado

Jennifer Aniston trata con Marley y yo salirse de la agenda de los papparazi. Son raros los días en que la actriz se libra de alguna pregunta sobre Brad Pitt (su ex esposo) o cómo ha manejado su vida como divorciada. Es cierto cuando ella dice que el rodaje fue una catarsis personal: “Tuve que entrenar cinco semanas para el papel- afirmó antes de soltar la sonrisa en una entrevista que concedió a la página de internet Moviesonline.ca- la verdad es que sólo fue cuestión de ponerme extensiones en el cabello y tratar de verme más joven, todo lo demás fue fluyendo en cierta manera”.

Ni siquiera tener como compañero a un can fue complicado para Aniston, que ya era amante de los animales antes de que Marley apareciera en su vida. “Tengo dos perros que adopté desde hace años e intenté adoptar al que sale en el póster de la película, ¿cómo se llamaba?”. “Judd -responde Wilson, quien agrega entre risas que - hubo muchos perros interpretando a Marley, era extraño, pues no te podías encariñar con ellos, al día siguiente era común que ya hubiera uno nuevo”, recuerda el rubio actor.

Y es que el Marley aparece en la cinta, pequeñito, crece y crece hasta convertirse en un gigante de más de 100 kilos de peso, transformando el hogar de John y Jenny en un campo de batalla: Puertas perforadas porque Marley quería salir al jardín; el sillón medio devorado porque Marley tenía hambre; las habitaciones severamente dañadas porque Marley se sentía juguetón. Es decir, lo que los dueños de mascotas grandes viven todos los días.

Vida de perros

A pesar de todo, Jennifer Aniston se siente poco identificada con Jenny, pues salvo el nombre y el gusto por los perros la actriz dice ser distinta, y fue esa diferencia lo que atrajo a la actriz hacia el papel: “Jenny no es la típica chica que va persiguiendo al amor de su vida, ni el personaje de Owen es el galán que persigue a una enamorada. No hay un final con una puesta de Sol mientras ambos van en motocicleta. Es una pareja feliz y establecida tras un largo matrimonio, creo que eso le da mucho realismo a pesar del entorno y permite hacer uso de situaciones más humanas”.

La cinta recorre de principio a fin la vida de Marley, y el reparto afirma que la cinta logra tocar las fibras sensibles del espectador gracias a que “aunque es una mascota destructiva, traviesa, hambrienta, hiperactiva, y enorme, todo lo hace sin malicia. Nos enseña a mirar las cosas desde un punto de vista más elemental, más noble”. Y cuando se le pregunta a Aniston cuál es el perro que identificaría como el ideal, no duda: “Benji, adoro las películas del perro Benji”, afirma con una sonrisa.