Irene Azuela se llena de proyectos

CIUDAD DE MÉXICO (22/AGO/2010).- Como si fuera arrancado de la vida real, aunque cualquier semejanza es pura coincidencia, Irene Azuela se convierte en una actriz de telenovela que desea hacer teatro para demostrar que tiene talento.

De esta manera se le verá en Así es la suerte, cinta que actualmente se filma en locaciones de la Ciudad de México.

“Hago a Mónica, una estrella de telenovelas que de alguna manera quiere hacerse notar y demostrar que sabe hacer otras cosas, así que decide hacer su propia obra de teatro. Y termina haciendo una cosa bastante rara, bastante chafa, un Otelo futurista, pero en patines”, cuenta Azuela, quien es conocida en el medio artístico por sus personajes en películas como Bajo la sal y Quemar las naves, por las que consiguió el premio Ariel, otorgado anualmente a lo más granado del cine hecho en México.
En Así es la suerte comparte créditos con Alfonso Herrera y Mauricio Isaac, todos bajo la dirección de Juan Carlos de Llaca (Por la libre).

La historia es sobre dos medios hermanos que de pronto son llamados por su padre, muy enfermo, quien les explica que a sus madres jamás las amo. Les revela el nombre de la mujer que en verdad quiere y les pide la encuentren antes de que él fallezca.

“El proyecto me gustó porque es una comedia muy en su lugar, muy bien escrita, y que no pretende otra cosa más que ser una comedia bien contada, nada más”, explica la actriz.
 
Esposa de Iturbide

A Irene se le verá, a fines de mes, en la pantalla chica como parte de la miniserie Gritos de muerte y libertad, de Televisa, relativa a los festejos del Bicentenario de la Independencia.

En ella interpreta a Ana María Josefa de Huarte y Muñiz, esposa del emperador Agustín de Iturbide, que será Daniel Giménez Cacho.
“Se trata de una producción interesante, que tiene todo, hay un buen director (Gerardo Tort) y un buen elenco”, consideró la actriz.
Además, a partir de la próxima semana se le podrá ver en cines con El atentado, película que cuenta el intento de asesinato que padeció el entonces presidente , Porfirio Díaz.