Introducción a Salgari, por los hermanos Taibo

GUADALAJARA, JALISCO.- Acercar a los adolescentes a la lectura es una faena que les implica a todos aquellos que se lo proponen una gran voluntad y una paciencia extraordinaria. Especialmente cuando no es en un aula donde se alecciona y tampoco un profesional de la docencia el encargado de hacer estas labores.
Lo que hizo ayer por la mañana el escritor Benito Taibo en el Auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara, sin embargo, mereció cada instante la atención de los más de 500 estudiantes que llegaron para escucharlo hablar sobre el autor italiano de la literatura clásica Emilio Salgari.

Contrario a lo que sucedió a lo largo del día en los pasillos de la Feria Internacional del Libro -gritos, empujones y embotellamientos estudiantiles por todas partes-, sorprendió la tranquilidad con la que se comportaron los jóvenes en esta “pequeña cátedra”.

Cuando la mayor parte del público uniformado -guiados en comitiva por sus respectivos profesores- confesó sin la menor reserva no conocer la obra del creador de Los dramas de la esclavitud, Taibo manifestó su preocupación y aseguró que Salgari “es una gran puerta para entrar a la literatura”. Entonces, encomió a los estudiantes a “leerlo lo antes posible”.

“Uno no puede escribir sin haber leído antes -agregó-. No se puede vivir sin haber leído, porque somos lo que leemos”. Así, Taibo se puso al nivel de su quórum -“ésta es una charla entre puros chavos de 14 años”, dijo- y contó las maravillas del escritor que le permitió, en la edad infantil, “adentrarme en mundos ajenos y hacerlos míos. Escribió más de 115 novelas y quería ser capitán de barco. Fue el preferido de cientos de jóvenes alrededor de Europa. Cuando lo lean, se van a acordar que el gordito de 14 años, pero que parecía de 70, tenía razón”.

Entre “bromas intelectuales” y un anecdotario en que el ponente recordó la memoria de su recién fallecido padre en más de una ocasión, el escritor Paco Ignacio Taibo I relató a los jóvenes acerca del oficio de escribir. “Mi única intención es inyectarles el veneno de la literatura, que a partir de este momento vean al libro no como un objeto, sino como un producto cultural que no se compara con nada”, expresó el autor.

Media hora después de que el escritor iniciara su discurso, apareció en el estrado su hermano, el también narrador Paco Ignacio Taibo II. “Lo invité porque fue él quien me surtió de libros de Salgari. Es un acérrimo lector suyo y la idea de que esté aquí es porque, entre los dos, queremos que ustedes se hagan parte de la legión de los ‘salgarianos’”, dijo el primero.

Ya juntos en el podio, los hermanos Taibo hicieron algunas preguntas a los estudiantes, que fueron obsequiados con ejemplares de Los tigres de Malasia y El corsario negro -“con el compromiso de que los lean”- cuando contestaban correctamente. Recordaron también algunas de las escenas de su infancia, cuando se sentían algún personaje de la creación literaria de Salgari.

Taibo II abundó acerca de las virtudes del escritor italiano: “Era un personaje loco, exuberante y muchas cosas más”, aseguró. Sin embargo, sentenció a los presentes, no sin pena, que “ustedes son de la generación del videoclip: todo lo que dura más de 30 segundos les parece insoportable”.