Imágenes de intimidad y amor

GUADALAJARA, JALISCO.- Con Fotografío para recordar, Pedro Meyer rompe la barrera de su propia privacidad al retratar la vida y muerte de sus padres, desde el primer momento en que se unieron hasta el último adiós, encontrándose en su hogar con sus cuerpos abatidos.

Ricardo Duarte, director del Museo de Arte de Zapopan (MAZ), decidió optar por esta selección de imágenes para unirse a Herejías (proyecto fotográfico con el que Meyer celebra en el mundo 40 años de trayectoria), porque tiene mucho qué ver con los festejos tradicionales del país, es decir, la vida y la muerte que en noviembre se celebran, al menos en los primeros días del mes.

"Es una pieza que dentro del universo que teníamos de opciones a elegir de Meyer, por sí sola no tenía posibilidad de otra lectura más que ésta. Es un proyecto totalmente redondo donde hay una reflexión sobre la muerte, pero por supuesto que al mismo tiempo se da de manera inversa sobre la vida. Y es una pieza que considero única para un museo, se plantea como un espacio de reflexión sobre estos dos temas", explica Duarte.

La exposición, que se inaugura esta noche -a las 20:30 horas- en el Espacio de proyectos del MAZ, se integra por 30 fotografías en gran formato que tienen una lectura libre para los espectadores y se acompañan por un video, en el que el autor resume la historia de sus padres, un relato colmado de amor, con sus alegrías y tristezas.

Por sí sola, cada una de las imágenes tiene mucho qué decir. Sin embargo, es a través del video como se puede lograr una mayor cercanía con Pedro Meyer y sus padres (Liesel y Ernesto). Hay que tener un corazón fuerte para encontrarse con ese relato fotográfico que, acompañado por la voz pausada del propio artista, muestra a dos seres en plenitud que poco a poco se consumen por la enfermedad.

A lo largo del tiempo, Fotografío para recordar ha despertado entre sus observadores muchas preguntas, algunas de ellas -las más típicas- han sido respondidas: "El hecho de haber tomado esas fotografías en primer lugar, no significaba que tenía la intención de publicarlas más adelante. Esto sucedió muchos años después de haberlas tomado, y después de un prolongado examen de conciencia, en donde concluí que hacer público este trabajo era una forma de honrar a mis padres. Este se volvió el único motivo para permitir que esas fotografías se publicaran", explica el autor.

Para ser más claros, la invitación a la apertura de la muestra recoge un texto más sobre la intención del proyecto: "Tomé todas esas fotografías para mi mismo como una forma de enfrentarme a la muerte. Jean Coteau comentó una vez: ‘La fotografía es la única manera de matar a la muerte’. Después de todo, la memoria es precisamente eso, una manera de hacer que un momento se vuelva permanente".

Sobre el costo de la muestra, Ricardo Duarte señaló que la impresión de las imágenes requirió de 10 mil pesos, aunque lo más caro fue enmarcar los cuadros para la exposición. Agregó que las fotografías se quedarán en comodato en el MAZ por 20 años, tiempo durante el cual el museo podrá hacer de ellas una exhibición itinerante.