Illya Kuryaki and the Valderramas renueva su sonido

GUADALAJARA, JALISCO (12/MAY/2012).- Un poco de rock. Mucho funk. Bastante desenfado. Toneladas de humor en doble sentido. Es la formula básica detrás de Illya Kuryaki and the Valderramas, concepto sonoro cuyo nombre está formado por cinco palabras y con una idea musical integrada por dos hombres: Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur.

La banda ganó fama a lo largo de la década de los años noventa con su estética retro, sus letras salpicadas de bromas, referencias a la cultura popular y la actitud “fiestera” de ambos integrantes; quienes formaron parte de la vanguardia del nuevo rock latinoamericano, ésa que lograría abrirse paso en el mercado estadounidense.

Sin embargo, en 2001 decidieron tomarse una pausa. En aquella época los dos integrantes no veían el receso en Illya Kuryaki and the Valderramas como el final del grupo; sin embargo, el paso de los meses y la distancia sonora que tomaron los caminos de Dante y Emmanuel permitían suponer que el dúo argentino difícilmente volvería a los escenario. Hasta hoy.

Comenzó como una plática, luego vinieron los ensayos y después las composiciones “en serio”. Así de simple se dio la vuelta de Illya Kuryaki a escena, como lo explica Dante Spinetta en entrevista. “Todo se fue dando de una forma extraordinariamente natural. Con Emmanuel no se rompió jamás la comunicación. Nunca nos dejamos de ver, siempre hemos sido amigos. La separación de la banda tuvo mucho que ver con la búsqueda creativa e individual que cada uno de nosotros teníamos, pero nada más”.

Este regreso tiene un significado especial para la capital de Jalisco, ya que el dueto se presentará hoy en el Teatro Estudio Cavaret. “Nos encanta la idea de regresar a Guadalajara. Es una de las ciudades que no pueden faltar en cada gira que hacemos por México”.

— Dices que jamás perdiste el contacto con Emmanuel, ¿en esas reuniones pensaban en el reencuentro?

— No, pero nos pasaron de golpe los 10 años. Fue muy rápido. Hace algunos meses nos comenzamos a reunir más y a jugar con la idea del “¿porqué no intentarlo?” Ese mismo juego nos hizo componer algunas canciones y entonces dijimos: “bueno, si vamos a volver, hay que hacerlo ahora que tiene sentido, que estamos calientes con la idea de hacerlo”.

— ¿No hubo temor de que se hubieran “oxidado” en la década que estuvieron separados?

— En cierta forma. Después de haber hecho carreras como solistas tan diferentes, teníamos que reunirnos para ver si podíamos volver a unirnos sobre el escenario. No queríamos que fuera una unión para hacer una gira nostálgica, de reencuentro, de grandes éxitos y ya está, cada quien a su casa. No. queríamos regresar con un disco nuevo, con las ganas de hacer algo nuevo y groovy. Era la necesidad de revivir el concepto en su totalidad.

— ¿Cómo suenan sobre el escenario?

— Está lo funk, lo hip hop, lo roquero, todo mezclado de una manera diferente a lo que hacíamos, propio de esta era, con distintas proporciones pero sin dejar de sonar Kuryaki. Mantenemos la esencia, la mística, la fuerza, con todos los contenidos que siempre ha tenido la banda.

— ¿Trataron de actualizar su sonido?

— Al contrario (risas). Estamos experimentando con cosas vintage, viejas, retro de los años setenta, instrumentos de esa época. Mezclamos todo, el robot con la madera. A nivel estético somos más exagerados, que es otra cosa que siempre nos caracterizó.

— En los 10 años que estuvieron en “pausa” su música jamás dejó de sonar. ¿Les sorprendió tener tanta vigencia?

— Creo que la música que hicimos en su momento maduró, maduró bien. Somos más populares ahora que cuando nos separamos y eso es muy loco (risas). La respuesta que recibimos ahora es grande porque lo que hicimos lo heredó toda una generación nueva, que no conoció a la banda en su momento, que tenían, no sé, 10 ó 12 años cuando decidimos parar. Estamos muy agradecidos de que lo que hicimos no haya dejado de sonar y haya infectado tantas cabezas.

— Para el nuevo material que están preparando, ¿consideran hacer alguna colaboración?

— Hicimos una canción con Molotov, era algo que tenía que pasar (risas), somos unos clásicos. Ambos representamos en su momento la nueva propuesta musical latinoamericana y teníamos muchas ganas de que sucediera. El resultado es una canción muy buena, estoy seguro que la gente la va a apreciar, además de que nosotros tenemos una amistad musical y una admiración mutua con ellos. Habrá muchas sorpresas en el disco.

— ¿Hay algo que recuerden particularmente de Guadalajara?

— Sí, hay una anécdota. Una vez que fuimos a dar un concierto nos corrieron de un hotel, del que no recuerdo el nombre, por un quilombo (fiesta) que armamos. ¡Estuvo muy dura, eso sí! (risas).

Discografía
Legado sonoro

Fabrico cuero (1991)

Horno para calentar los mares (1993)

Cartuchera Porno (1994)

Chaco (1995)

Versus (1997)

Leche (1999)

Kuryakistan (2001)

Illya Kuryaki and the Valderramas / Teatro Estudio Cavaret / Hoy, 22:00 horas / Boletos 440 pesos en el sistema Ticketmaster