Hoppo!, un canto a la nostalgia

GUADALAJARA, JALISCO (26/OCT/2010).- Lo que calificó como un proyecto alterno se ha convertido en una agradable sorpresa cortesía de Rubén Albarrán, quien el domingo por la noche se presentó con Hoppo!, banda experimental conformada por Rodrigo Aros, Juan Pablo Villanueva y Alejandra Flores en un show musical doble, pues también se presentó Vakna Kobal, conjunto encabezado por Estusha Grinberg.

El Teatro Galerías fue el encargado de recibir ambas propuestas, en un ambiente íntimo ante no más de 400 personas, quienes se entregaron en todo momento a la atmósfera creada por los dos grupos.

Primero apareció Vakna Kobal, conjunto cuyo sonido podría englobarse dentro de la corriente del world music y donde dominan los ritmos africanos y sudamericanos.

Grinberg supo ganarse el cariño de la gente animando a aplaudir e incluso a aullar y gruñir cuando fue necesario, en especial en los temas de inspiración africana.

Vestida de color plata y “enseñando pierna”, como ella misma reconoció entre sonrisas, la vocalista de Vakna Kobal agradeció al público reunido en el recinto zapopano su interés por la propuesta y todavía más, el haberse involucrado en el ambiente que se pretendió crear. Tras esto, dejó el ambiente listo para el arribo de Hoppo!

Experimento exitoso

El mero nombre de Rubén Albarrán sirvió para arrastrar a muchos fanáticos de Café Tacvba, grupo donde se desempeña como vocalista, esperando encontrar en Hoppo! algo similar a la banda capitalina.

La primera sorpresa es que si bien las dos bandas comparten la misma voz, cada una tiene su propia esencia. Mientras que los “cafeta” han optado por darle peso de forma gradual a la caja de sonidos, los sintetizadores e incluso a las guitarras, Hoppo! guarda un espíritu más acústico y apela en ocasiones a instrumentos de viento.

Hoppo! es una banda que toma interpretaciones famosas de artistas sudamericanos en su mayoría, aunque retrabajadas en la voz de Albarrán. Así, sobre el escenario se escucharon temas de amor, de protesta y de reflexión como Volver a los 17, Me gustan los estudiantes, Zamba de Valderrama y Gracias a la vida, aunque con la peculiar voz del auto apodado K’Kame.

El único pero, a una noche redonda, fueron los errores en el audio y una iluminación que pudo ser mejor (el propio Albarrán señaló que la luz amarilla del escenario lo hacía sentir como “taco”).

Al final, una experiencia satisfactoria con un proyecto como Hoppo! que pretende ser más que un mero palomazo, pero que también durará, en palabras de Rubén Albarrán, poco tiempo sobre el escenario.