Hector Suárez, pasión incansable

GUADALAJARA, JALISCO.- Para un actor, las emociones son como gasolina. Les brinda energía, calor y fuerza para seguir adelante. Héctor Suárez, histrión formado en teatro, cine y televisión, es uno de los ejemplos más claros de este comportamiento.

Cuando el actor levanta la bocina para hablar con EL INFORMADOR, su voz es alegre, viva. Describe la obra de La señora de su casa con tal vivacidad que pareciera estar pintando un cuadro. Ese mismo tono bonachón encuentra su opuesto cuando habla de la situación del cine nacional y la comicidad televisiva actual.

Entonces esas emociones, esa "gasolina", se transforma en fuego, una llama que arde en Suárez y lo obliga a superarse, para evitar la mediocridad, la apatía y el sin sentido que asegura reinó hasta hace pocos años en el cine y que en la televisión, a su juicio, sigue predominando.

El actor llega a Guadalajara dispuesto a divertir, pero sobre todo a provocar la reflexión con la puesta en escena de La señora de su casa, donde asegura ejecutar uno de los papeles más complejos de su carrera. Previo a su encuentro con los medios tapatíos hoy por la tarde, Héctor Suárez habló con este diario en exclusiva sobre sus inquietudes, proyectos y no dudó en señalar lo que le molesta.

¿Qué le llamó la atención y le hizo aceptar participar en "La señora de su casa"?
"Primero, que la escribió Dario Fo, un anarquista adorable y brillante, así que en cuento supe de quien era el guión dije 'va'. La obra es una loa, un reconocimiento al trato que se le da a la mujer; como essubestimada, como es relegada, maltratada, contado como esconde un drama espeluznante, el como una mujer vive en la soledad interior".

Suena más a drama que a comedia
"Justamente allí está el reto, en el toque cómico. Le da un grado de dificultad muy alto en escena. El hombre cuando se viste de mujer para un personaje corre muchos riesgos, como caer en la payasada, en loridículo. Yo les prometo que en escena van a ver una mujer. Alfonso Arau, Daniela Romo, todos mis compañeros actores me dicen asombrados 'me dejaste ver que eras hombre hasta que diste las gracias, al final', que un colega te diga eso es un gran reconocimiento, que la gente reflexione entre risa y risa sobre la situación de la mujer actual".

¿La televisión no le ofrece la posibilidad de explorar este tipo de temas?
"Lamentablemente en la televisión este nivel no lo encuentras. La gente no exige una mejor calidad y las compañías le dan pura basura, disculpenme si alguien se molesta, pero el público tiene lo que quiere. El cine es un caso distinto, se esta proyectando un cine mexicano con gran calidad, que llega hasta Europa, con una generación de jóvenes talentosos, que quieren dar una imagen diferente a los que se acabaron al cine de este país".

¿Porqué dejó la televisión?
Su imagen sigue vigente gracias al uso de sketches de sus programas en segmentos noticiosos como "Las mangas del chaleco con López Doriga" o "Hay Jalisco no te rajes" de GDL noticias
"Por eso mismo, no dejan descansar al público de mí. Además no me permiten hacer una televisión confrontativa, inteligente. No quiero formar parte de toda esa porquería que le dan a la gente. ¿Es doloroso estar fuera? Pues sí, lo es, no tengo una pantalla, solo me queda el teatro. Yo respeto al público y amo mi profesión".

¿Si le ve futuro al cine mexicano?
"Hay que aclarar, el cine mexicano sufrió mucho en manos de estas personas que promovieron basuras de ficheras, pulquerías, del narcotráfico. Todos ellos saturaron la gran pantalla hasta que se la acabaron. Afortunadamente ya hay una generación que ve a México de otra manera, en el cine está un González Iñárritu, un Del Toro, Cuarón, jóvenes que hacen una carrera hermosa como Gael (García), (Diego) Luna".

Y usted...
"(suspira) Mi época pasó, hay que entenderlo con cariño. Es la ley de la vida, hay que darle paso a los jóvenes que vienen, los que no desprecian ni subestiman al público. Tenemos grandes producciones como Amores perros, El padre Amaro, etcétera. Hay esperanza, hay futuro".


EL INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ