Héctor Bonilla se nutre del teatro

GUADALAJARA, JALISCO (17/JUN/2013).-  “Hay tanto que explicar en tan poco tiempo”, son las palabras de bienvenida de un hombre viejo y solitario a punto de jubilarse que le dedica al nuevo empleado que llega a un almacén, en el que no se espera absolutamente nada, y donde los días se le van en desayunar, barrer y checar los horarios de entrada y salida a la hora que corresponden. Ni un minuto más, ni uno menos.

La perfección es la característica que cobija a ''Lino'', el personaje que interpreta el actor Héctor Bonilla en la puesta en escena ''Almacenados'', producción que llega a Guadalajara con dos funciones en el Teatro Diana este 20 de junio.

Héctor Bonilla comparte esta obra creada por el dramaturgo español David Desol con sus dos hijos varones: Sergio Bonilla, sobre el escenario en el papel del joven Nin, y Fernando Bonilla en la dirección, quienes desde 2006 iniciaron un peregrinar con ''Almacenados'', historia que retrata las obsesiones y miedos a desprenderse de las cosas, a romper la dinámica de la rutina y, sobre todo, a entender que la felicidad no radica en la perfección de los deberes laborales.

El experimentado actor destacó que, a más de 50 años de iniciarse en el mundo de la actuación, aún existen personajes y tramas que lo atrapan y lo mantienen vigente sobre los escenarios, como es el caso de ''Lino'', un hombre que tras trabajar impecablemente durante 29 años en un almacén en el que nunca sucede nada, de repente, logra despojarse de ataduras e inseguridades que le han pintado una realidad muy lejana a la verdadera.

Héctor Bonilla reconoce que es la fragilidad y la sencillez de los personajes creados por David Desol los elementos que lo motivaron a incrementar su carga de trabajo, pues además de encontrarse en grabaciones para telenovela, el actor también comparte agenda con la puesta en escena ''Éxito a cualquier precio'', así como una producción especial para el Gobierno del Distrito Federal y su gusto por la escritura.

Ni parentescos ni obsesiones

Para Héctor Bonilla, la idea de que el actor debe identificarse con el personaje a encarnar es un cuento distorsionado y fuera del profesionalismo del mundo actoral. El artista de 74 años de edad prefiere decir que él estudia a sus personajes, los analiza en el contexto de la historia y el entorno.

“Yo no me identifico nunca con ningún personaje. Un actor real, los que digan otra cosa están mintiendo, estudia los personajes, está informado, es como abrir una rana de laboratorio. El chiste es que el personaje esté bien planteado”, comenta Bonilla al señalar que cada personaje debe cargar con un mensaje claro, desde su nacimiento en la mente del autor.

Para Héctor Bonilla, el hecho de compartir escena junto a sus hijos es un regalo inigualable, pues además de conllevar esa pasión por la actuación, la misma trama le representa un simbolismo exquisito en cuanto al paso del tiempo y la llegada de nuevas generaciones.

“Mi hijo y yo somos idénticos. Es afortunado el hecho de que (a la vez, los personajes) somos el mismo personaje: (Sergio Bonilla) el revolucionario joven y (Héctor) el siniestro viejo acomodado en el sistema. Eso es lo que es importante, trascendente y apetecible para mí”.

El primer actor que ha intervenido en más de 28 películas, 34 telenovelas y 129 obras teatrales, expresó que en ''Almacenados'', la trama que carga con tintes de humor, logra transmitir al espectador una reflexión sobre las maneras de abrirse a nuevas experiencias y aprender de los más jóvenes.

“Este señor, que ha cumplido con su deber, se ha pasado la vida al servicio de los peores intereses (...), aquí se cuestiona lo que es el sentido del deber, el compromiso y la satisfacción que te puede dar la congruencia del hecho de que te entregues al tiempo. En el fondo de todo hay un enorme miedo entre el trabajo y el modo de esclavizarte”.

Sangre nueva y experiencia

Héctor Bonilla es un malabarista del teatro; bien puede recibir el aplauso del público por un monólogo vestido de mujer, que ser un hábil vendedor enfundado en un elegante traje. Su camuflaje en el escenario y los aprendizajes de la misma actuación, le han permitido reconocer que las nuevas generaciones de actores cuentan con las mismas capacidades para realizar papeles exitosos y generar buenos contenidos sobre el escenario o los foros de grabación.

“No necesariamente los actores jóvenes son malos, hay esplendidos actores, pero las oportunidades cambiaron”, comentó Bonilla al destacar que también el nuevo talento sufre de dificultades para encontrar trabajo.

“Pudiéramos hacer mejor televisión. La competencia, forzosamente, derivará en incremento a la calidad. No hacemos la televisión que deberíamos de hacer. En el teatro tienes a disposición a lo mejor de la dramaturgia universal, en la que puedes volar, como en esta obra que me encanta. He tenido la satisfacción, al menos yo, que llevo 129 obras de teatro, en las que cinco, haya venido el autor a decir que la puesta mexicana es la mejor del mundo”.

UN TEMA SINIESTRO

Pide espacio a producciones mexicanas

En el tema del cine, Héctor Bonilla lamentó la poca difusión e importancia que se brinda a las producciones mexicanas, las cuales luchan por conseguir salas de proyección por temporadas más largas. “El problema de la distribución es siniestro. Tenemos una película mexicana con premios internacionales y solamente le dan tres días en el cine, no existe la industria mexicana, está esclavizada a la industria gringa”.

FRASE

"En la televisión necesitamos ser más rigurosos en los temas, desde el enfoque hasta el tiempo que conlleva realizar el proyecto".

Héctor Bonilla, actor.

Teatro Diana / Almacenados / 20 de junio / Funciones: 19:00 y 21:30 horas / Boletos desde 180 a 450 pesos.