Sábado, 30 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Se lanza contra la ignorancia

Héctor Bonilla desenvaina la espada

El actor hace un llamado a la conciencia sobre el valor de la identidad y la entrega en los escenarios

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- Sin piedad ni concesiones. Héctor Bonilla es bien conocido por no guardar jamás una opinión en aras de explotar al máximo la libertad de expresión. Por eso, a veces sus palabras suenan duras e hirientes, pero jamás con la intención de atacar de forma gratuita.

Bonilla llega a Guadalajara con la obra Yo soy mi propia esposa, puesta en escena que cosechó un gran éxito en la crítica del Distrito Federal. La temática fue un reto para él y una afrenta para el sector más conservador. Narra la vida de Lothar Berfelde, un travesti que después cambia su nombre al de Charlotte von Mahlsdorf y que sobrevivió a un padre nazi, además de la Primera y Segunda Guerra Mundial y finalmente al Comunismo.

Solo en el escenario, Bonilla debe interpretar a más de 30 personajes, de todas las edades y aspectos a través de un denso viaje donde las emociones humanas chocan de frente con la intolerancia de diversos sistemas políticos. El actor saca provecho de su amplia experiencia sobre las tablas -126 obras actuadas y 41 dirigidas- y utiliza los reflectores para defender la obra y señalar lo que le parece incorrecto.

- ¿Qué significa “Yo soy mi propia esposa” en la carrera de Héctor Bonilla?
- En primer lugar significa una oportunidad fuera de serie el poder estar en la obra, es un regalo que me llega en un momento en que me puede servir mucho todo el bagaje que he acumulado a lo largo de toda mi carrera. En este caso sólo aparezco con un vestido y un collar de perlas, no hay nada más sobre el escenario.

- ¿Cómo se preparó para este papel?
- Fue fundamental el trabajo de mesa, de análisis del texto. Conté con la inteligencia y la sensibilidad de Lorena Maza (directora), con quien estoy muy agradecido de haber laborado. Analizamos y discutimos sobre lo que quiso decir el autor (Doug Wright) y de qué forma podríamos diferenciar los 35 personajes que aparecen y cómo presentarlos correctamente.

Amén de esto, el papel lo preparé con la grabadora y con un espejo para poder moldear la forma en que camina Charlotte, explotar su sexualidad, desde que es un joven de 16 años y establecer una diferencia entre los personajes que aparecen en la obra y no se parecen nada el uno al otro, encontrar los matices finos de cada uno. En total, fueron cuatro meses de preparación, tanto de Lorena como de mí.

- ¿Qué tan vigente encontró la historia, siendo que la trama transcurre mayormente en la primera mitad del siglo XX?
- Me sorprendió de forma afortunada. Precisamente por la vigencia, en especial porque trata de un personaje que sobrevivió ostentándose como travesti, sin pretender que era mujer, sino como un hombre maquillado y que sobrevivió al nazismo y al comunismo, los dos regímenes más homofóbicos en la historia de la Humanidad y que se ha convertido en un símbolo para los movimientos que buscaron mayor apertura sexual. Yo considero que la aberración del ser humano es quien dice “lo que no se parece a mí, debe desaparecer”, ése es el arquetipo de lo que no debe ser en realidad.

- ¿Cómo siente el ambiente teatral fuera de la Ciudad de México?
- Veo que hay una evolución positiva, porque hemos padecido el centralismo respecto al teatro. Yo percibo esto, la gente que nace con esa vocación en los estados de la República no tiene muchas veces el canal de expresión. Ahora se empiezan a desarrollar cosas interesantes en todo el país y el mejor ejemplo se da con la fundación de la Compañía Nacional del Teatro. Cosa curiosa, pues con su creación fue muy palpable la laguna que hay con respecto a la poca captación sobre los talentos que no viven en el Distrito Federal.

Creo que el movimiento teatral se percibe fuerte en Guadalajara, como gran ciudad que es, y lo veo muy positivo, porque eso da toda la libertad de no estar sujeto a los parámetros comerciales, sino a la búsqueda de las ideas y las materias propias.

- 2010 es un año donde se celebra el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana. Esa coyuntura sirvió para generar varios proyectos cinematográficos y televisivos, ¿por qué usted no aceptó participar en alguno?
- Yo he dicho ¿qué celebramos? No tenemos nada que celebrar, nada. Conmemoremos desde una perspectiva analítica, crítica y propositiva qué hemos hecho con el patrimonio que nos dejaron los héroes, ¡estamos peor que nunca! Con lo que he dicho hasta ahora, me queda claro que no seré muy convocado para los festejos, estoy bien consciente de eso, e insisto, si vamos a desmitificar a los héroes no hay porqué devaluarlos gratuitamente. Ahora presentan a un Miguel Hidalgo que tuvo mujeres y no se regía de acuerdo a los patrones de la iglesia tradicional. ¡Pero no simplemente era mujeriego! Era el hombre más ilustrado de la historia de este país. Eso de que no sabía a dónde se dirigía el movimiento independentista es una falacia.

-¿Cómo habría que recordar a Don Miguel Hidalgo?
Tenía claro todo, abrevaba de los libros franceses prohibidos, de los Jesuitas, tenía claro lo que quería, tan es así que Morelos, que es su alumno, tenía bien planeado a dónde llegar, entonces ni festejar gratuitamente con estampitas y luces de rayos láser y eventos multitudinarios, ni denostar a los héroes.
Hay que hablar de esa conducta, del contraste brutal entre los que murieron en aras de la patria y los convencionalismos de los políticos actuales, que han hecho un vacío entre ellos y la sociedad civil. ¿Y se quiere festejar? Creo que estamos peor que nunca. Repito: Peor que nunca.

Yo soy mi propia esposa / Teatro Galerías / Hoy, funciones: 19:15 y 21:30 horas / Boletos de 250 a 350 pesos en taquillas.

Para saber
Doug Wright escribió Yo soy mi propia esposa en base a las pláticas que tuvo con Lothar Berfelde (bajo su identidad de travesti, Charlotte von Mahlsdorf).
La fascinante vida de Berfelde se convertiría en el guión y posteriormente obra de teatro que ya ganó premios prestigiados como el Tony (equivalente al Oscar en teatro) y un Pulitzer por Mejor pieza de drama. En la Ciudad de México, la puesta en escena recibió ovaciones de pie en 89 de sus 100 representaciones.

EL INFORMADOR/ Francisco González

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