Viernes, 22 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Música, cine y agricultura, entre sus pasiones

Gustavo Santaolalla celebra la vida

El músico, ganador de dos premios Oscar, mantiene su racha creativa y está decidido a seguir por el camino de la experimentación

Por: EL INFORMADOR

ESTADOS UNIDOS.- Su mirada es inquieta. Parece que todo el tiempo está desmenuzando notas musicales y combinaciones sonoras en su mente.  El rosario budista que el compositor, productor y músico argentino Gustavo Santaolalla luce al cuello sobre su atuendo negro muestra la espiritualidad que guía a este ganador de dos premios Oscar, y la filosofía que ha incorporado al grupo Bajofondo Tango Club, con el que trata de “celebrar la vida”. Así es él, palabras más o menos según quienes lo conocen.

“Cuando tienes un don y éste produce cosas, ¿qué mejor que usarlo para el bien? Nosotros tratamos de celebrarnos y de celebrar las cosas lindas que tiene la vida. En estos momentos en que hace tanta falta, tratamos de que la gente haga circular su energía por ese lado”, afirma un emocionado Santaolalla, quien a pesar de su apretada agenda de trabajo en diversas disciplinas, le sigue quedando tiempo para emprender giras de magnitud mundial, como la más reciente que lo lleva a Madrid, donde se presenta esta semana.

“Creo que éste es un momento en el que todo coexiste, como el principio zen del sí y el no. Por un lado, las cosas están en un nivel de decadencia mayor que nunca y, por otro, hay un nivel de concientización y de apertura de la gente a otras cosas”, ratifica, en un tono espiritual, algo extraño y hasta curioso en la industria en que trabaja, la musical, acusada de manera constante de ser una devoradora de talentos.

Sin etiquetas, presiones o tristezas

Bajofondo Tango Club es un grupo formado en 2002 por Gustavo Santaolalla y el uruguayo Juan Campodónico, que incorporó en sus comienzos elementos típicos de ambas orillas del Río de la Plata, en Argentina, como tango, milonga o candombe, a bases electrónicas y que, con su último disco, Mar dulce (2007), coquetea con el hip-hop y el rock.

“No nos gusta la etiqueta de tango electrónico”, insiste Santaolalla, a quien cualquier barrera o limitante parece molestarle. “Hacemos música contemporánea del Río de la Plata y esa música forma parte de la genética musical de donde venimos, pero también escuchamos a Los Beatles, U2, Chemical Brothers o Radiohead. En Argentina también hay celulares, computadoras y guitarras eléctricas, no sólo mate y churrasco”, sonríe.

Además de los fundadores, componen Bajofondo -cuya idea surgió en Madrid-, Luciano Supervielle (piano, teclados y scratch), Martín Ferres (bandoneón), Javier Casalla (violín), Gabriel Casacuberta (doble bajo), Verónica Loza (voces y Vj) y Adrián Sosa (batería).

Pese a rehuir de ser catalogado, Santaolalla es un apasionado del tango, como demuestra la producción de la película Café de los Maestros, realizada con grandes personalidades de este género de Argentina y de Uruguay, que derivó en la grabación de un disco y una gira por varios países.
“Si lo que nosotros hacemos aporta algo al tango, eso se verá dentro de 15 años. Ahora sería muy pretencioso decirlo. Lo interesante es que ninguno de esos maestros me hizo ninguna crítica de Bajofondo porque saben que no hemos pretendido ser un grupo de tango, sino de música moderna”, asevera.

Santaolalla considera que artistas internacionales como Tom Waits, Leonard Cohen, Marianne Faithfull o Elvis Costello -que grabó Fairly right en Mar Dulce- tienen “en su arte cosas que se conectan con la melancolía, la oscuridad y la pasión del tango”.

Y si hay algo que (además del tango) ocupa el espacio en la mente y el corazón del artista, son las películas, quizá su faceta más conocida.

24 cuadros por segundo

Mundialmente conocido por lograr dos premios Oscar por las bandas sonoras de Secreto en la Montaña (2006) y Babel (2007), Santaolalla confiesa su pasión por el cine, en el que le gustaría “profundizar más” y en el que le encantaría integrar también a Bajofondo. “Me gustaría hacer una película con música del grupo, no sé si un thriller o algo sexy, que fuera algo como Vírgenes Suicidas”, afirma este incansable artista que reconoce “dormir muy poco” porque le quedan “muchas cosas” por hacer, como seguir experimentando con el viñedo que posee en Mendoza (Argentina).

Afincado en Los Ángeles, California, desde hace años, confía en el cambio producido en Estados Unidos con la elección como presidente del país de Barack Obama, al que atribuye “características cósmicas”. Acaba de terminar la banda sonora de la película Biutiful, dirigida por Alejandro González Iñárritu, y trabaja en dos más, Nanga Parbat, del alemán Joseph Vilsmaier, y otra del francés Thierry Klifa, además de continuar sus trabajos con Bajofondo, con el que espera editar su próximo disco en 2011.

Santaolalla bromea al recordar que, en los conciertos de la banda, suele decir: “Hace cinco años que hacemos este tipo de música, que todavía no sabemos bien qué es, y no tenemos ninguna prisa por averiguarlo”. Mientras tanto, sigue celebrando la vida.

Los amigos de Gustavo

La lista de artistas a los que Gustavo Santaoalla les ha dado una mano es larga, y bien podría conformar un catálogo de “los más vendidos”. Entre sus amigos se cuentan a Café Tacvba, Julieta Venegas, Juanes, Fobia, Molotov, La Maldita Vecindad, Calle 13 y Jorge Drexler, entre un etcétera que amenaza con hacerse eterno.

La frase.

“Cuando tienes un don y éste produce cosas, ¿qué mejor que usarlo para el bien?”, Gustavo Santaolalla, músico



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