Lunes, 25 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Isabel Vargas Lizano llegó a México a los 17 años

Guardó Chavela Vargas resentimiento hacia su natal Costa Rica

Cuando la cantante Isabel Lizano Vargas tenía 17 años, vendió unas gallinas y huyó de su país tomando un avión de dos hélices que la trajo a México

Por: AFP

Chavela Vargas expresó su deseo de que al morir sus cenizas quedaran esparcidas en un río de Tepoztlán, México. EL UNIVERSAL  /

Chavela Vargas expresó su deseo de que al morir sus cenizas quedaran esparcidas en un río de Tepoztlán, México. EL UNIVERSAL /

SAN JOSÉ, COSTA RICA (05/AGO/2012).- Cuando tenía 17 años, vendió unas gallinas y tomó un avión de dos hélices que la trajo a su querido México. Chavela Vargas,  quien murió este domingo a los 93 años en la ciudad mexicana de Cuernavaca,  guardó toda su vida un ácido resentimiento hacia su natal Costa Rica.

Haber nacido un día de abril de 1919 en San Joaquín de Flores, un pequeño  pueblo de la provincia de Heredia, a 20 km de San José, fue para Isabel Vargas Lizano -su nombre real- un fatal accidente. Siempre fue mexicana: por adopción, formación y corazón.

Hija de un ama de casa, Herminia Lizano, y un jefe policial, Francisco Vargas, tuvo tres hermanos -Alvaro, Rodrigo y Ofelia-, ya fallecidos, y en  Costa Rica sólo le quedaban 10 sobrinos. Una familia con la que cortó toda relación hace cerca de cuatro años.

En la sociedad ultraconservadora de un país chico de incios del siglo XX,  donde no podía desarrollar su talento y menos aún expresar su lesbianismo, la indómita Isabel se sintió forzada a partir. "Vivía en un infierno", era "como un bicho raro", solía decir.

"Era independiente, rebelde, quería ser libre. La familia no aceptaba su lesbianismo, le caían a leño (castigaban). Salía a dar serenatas, andaba en pantalones en un tiempo en que sólo los usaban los hombres. En las rigurosas normas de la época se rechazaba su forma de ser", comentó a su sobrina Yisela Ávila.

En México tuvo un duro comienzo. Acompañada de su guitarra cantaba por las  cantinas y calles de la capital, donde fue descubierta por el compositor José Alfredo Jiménez y forjó amistad con figuras relevantes de la cultura mexicana del siglo XX, como los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera.

"Siempre se quejó de mucha soledad en este país. Se fue porque la iban a casar con un señor, se escapó y llegó a México con una mano adelante y otra  atrás; pero triunfó", afirmó a la el periodista Alfredo González, uno de  los pocos amigos costarricenses de la artista.

Aunque vivió por siete décadas en México, donde pasó un tiempo perdida en  el alcohol, tuvo temporadas en España y en Costa Rica. Aquí tuvo su casa en San  Joaquín, las últimas veces con la intención de volver definitivamente a fines de los 90 y a mediados de 2000.

La "Dama del poncho rojo" pareció haberse reconciliado con su país natal en  abril de 1994, cuando ofreció un majestuoso concierto en el Teatro Nacional y luego en un auditorio de la Universidad de Costa Rica, en los que cautivó con sus "Marcorina", "Un mundo raro", "La Llorona" y "Paloma Negra".

Pero no fue así.

"Volvía por su hermana Ofelia, mi mamá; pero al poco tiempo ya se quería ir, no le gustaba estar en Costa Rica", dice su sobrina Yisela Ávila, una secretaria de 59 años que guarda en la casa de San Joaquín una guitarra y  ponchos de Chavela.

Son clásicos sus drásticos juicios sobre el país que hirieron a un buen  sector de la no poco orgullosa sociedad costarricense: "Qué país Costa Rica. Yo  pondría allí a todos los suicidas del mundo. Les pondría allí un departamento.  Sería un buen negocio una tienda de ataúdes", dijo al diario español El País en  una de sus últimas entrevistas.

"Ella y Costa Rica eran como una pareja disfuncional. Hay aquí quienes la  quieren y quienes no; hay incluso aquellos que la insultaban, sobre todo los que no la conocían", dijo Alfredo González.

En los últimos años, Chavela, inmortalizada por Pedro Almodóvar y por Joaquín Sabina en la canción "Por el bulevar de los sueños rotos", se enfrentó  agriamente a la escasa familia que le quedaba en Costa Rica.

"María Cortina (amiga y biógrafa de la cantante) y otros empresarios la  tenían como secuestrada. La tuvieron hasta sus últimos días en presentaciones  en Madrid. Encontraron la gallina de los huevos de oro. A eso le llamo  explotación laboral", afirmó Avila.

Pero Chavela rechazó esas afirmaciones en entrevistas con medios mexicanos  a inicios de este año y dijo que su familia hacía escándalo porque pretendía  dinero. En esa ocasión señaló que esperaba que cuando muriera sus cenizas  quedaran esparcidas en un río de Tepoztlán, en su país... México.

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