Gracias totales, Gustavo Cerati

GUADALAJARA, JALISCO (05/SEP/2014).- El 4 de septiembre, en punto de las 11:48 horas, dos renglones bastaron para romper la monotonía matutina. Palabras escuetas, sin ribetes ni rodeos, sin color ni matices. Un cable informativo frío para una noticia helada: “Comunicamos que hoy, en horas de la mañana, falleció el paciente Gustavo Cerati como consecuencia de un paro respiratorio”. Firmado por el doctor Gustavo Barbalace, director médico de la Clínica ALCLA en Argentina.

A partir de este día, buena parte de lo que se escriba y diga sobre Gustavo Cerati, será en pasado.

Hoy los titulares no se van a ahorrar en calificarlo como “leyenda”, “ícono”, “figura”, “genio”, “gigante” y un largo etcétera de adjetivos.

Pero a diferencia de otros artistas, a diferencia de otras figuras, a diferencia de otros compositores, a diferencia de otros cantantes, y a diferencia especialmente de los muchos que intentaron emularle, sobre Gustavo Cerati todavía queda mucho que decir y que escribir.

Quizás sea porque sus canciones, en solitario y al lado de Soda Stereo, se convirtieron en clásicos que van a sonar frescos hoy y mañana. Quizás esa inmortalidad no se la ganó con el ritmo sinuoso que impuso con su guitarra. Quizás sea por que tuvo las palabras exactas al momento de componer sobre el amor, la soledad, la muerte, la euforia, la derrota, la victoria, la fiesta, la partida y las llegadas. Quizás sea por todo lo anterior.

El rock latinoamericano no se podría entender, ni en lo comercial ni en lo independiente, sin el aporte que hizo Cerati, ya fuera en solitario o como colaborador de varios proyectos, destacando especialmente Soda Stereo. El músico le cantó igual a la novia que tiene bíceps que al status social, a la partida del ser querido, a la soledad, al cáncer, al amor que revitaliza y a los rompimientos que devastan.

Dueño de un ''soundtrack'' mental que parecía no cesar jamás, Cerati le cantó a todo lo que pasó por su cabeza. A lo real e imaginario. A lo que le angustiaba y le motivaba.

Generoso con su talento, las muestras de dolor hoy nacen desde varias trincheras. Desde los familiares más cercanos, a quienes esta noticia les duele en el alma, hasta aquellos que trabajaron con él y caminaron por los senderos creativos. Hoy le lloran igual esos que fueron compañeros de generación sonora y los que heredaron gracias a él su amor por hacer rock.

Hoy el rock en tu idioma suena menos potente. Hoy los sonidos que llegan del Sur sienten una ausencia que no conocían.

El mejor homenaje para Cerati no se encuentra en los conciertos preparados al vapor, o en los largos discursos que le vayan a dedicar. Puede que la mejor forma de recordarlo sea haciendo música o tarareando una nueva canción.

El 4 de septiembre, en punto de las 11:48 horas, dos renglones bastaron para romper la monotonía matutina. El hombre fallecía, luego de no poder volver de un coma que lo dejó 4 años en cama. Pero de esa cama se levantaba una leyenda. Quizás la frase más adecuada la escribió Cerati para su canción ''Adiós'': “Poder decir adiós es crecer”.

AVENTURA CINEMATOGRÁFICA INCONCLUSA

Los proyectos que quedaron pendientes

Pese a todo el legado que deja Cerati, hubo muchas cosas que no terminaron por cristalizarse, entre ellas, el rodaje de una película, como lo menciona Andy Fogwill, el director de los videos del disco ''Fuerza natural''.

De acuerdo a Fogwill, apenas horas antes de sufrir el accidente cerebrovascular que lo llevó al coma, Cerati charló con él sobre los detalles de la película que esperaban formar usando como base el material del que fue el último disco del artista.

Fogwill le contó a la edición argentina de la revista Rolling Stone que lo que preparaba al lado del artista argentino era “una 'road movie' casi lisérgica. Lo que estábamos haciendo con Gustavo antes de su ACV, era 'Fuerza natural', la película”.

El director explica que ya se habían grabado los videos de las canciones ''Déjà vu'' y ''Rapto'', y se tenía ya todo listo para editar los de ''Magia'' y  ''Cactus'', quedando pendiente la edición.

Fogwill le expuso a la revista que “aunque Sony pagó por cuatro videoclips de 'Fuerza natural', sólo se estrenaron dos. 'Déjà vu' y 'Rapto', en ese orden”.

“Pero —agrega— no son correlativos. Aunque 'Déjà vu' termina con un continuará y, en ambos, Cerati maneja el mismo Datsun 280zx. 'Déjà vu' es el capítulo 2 y Rapto es el 8, porque ése es el número de track que tienen en el disco y la película iba a respetar ese orden”.

El director señala que las escenas que quedaron por editar las tiene él en una caja fuerte, y una copia quedó en poder de Cerati, y de momento, no tiene planes de trabajar con este material, por respeto a la situación que vive la familia”.

¿Y qué pasa con la música? Damián Amato, presidente de Sony Argentina, señaló que esa casa disquera “no tenemos material grabado de Gustavo adicional al que ya se encuentra editado y no se editará nada de él en los próximos meses”.