Gerardo Naranjo presenta en competencia “Voy a explotar”

GUADALAJARA, JALISCO.- Luego de ver Voy a explotar el espectador no puede quedar indiferente. Dos adolescentes problemáticos se rebelan contra un mundo de adultos, que son propuestos en el filme, más bien tontos. Los chicos tampoco se antojan muy brillantes, en absoluto apasionados y permea hasta el espectador, una especie de vacío que tiene que ver con la falta de ideales. En ese sentido, la película duele. Tal vez enoja. En palabras de su autor es “una aventura trágica”.

El guión es de Naranjo y Canana está involucrada en la producción. En el cuadro actoral destaca -con el prestigio que lo sostiene- el actor Daniel Giménez Cacho, aparece Rebecca Jones, Renato Ornelas y la actriz Martha Claudia Moreno. El par de adolescentes embrollados son interpretados, acertadamente, por María Deschamps y Juan Pablo de Santiago. Joven mancuerna que dan resultado. La película -dijo Naranjo en entrevista- nace “como una carta de odio hacia los adultos. Yo crecí, en una sociedad conservadora de Guanajuato que me parecía retrógrada y absurda (…) también -el filme- es un homenaje a ese tiempo, donde yo no encontraba mi lugar en la vida. (…) También una provocación supongo, porque todo está visto desde (los ojos) de los adolescentes, los adultos de una manera muy parcial, son ridículos, totalmente descerebrados (…)”.

El filme compite en sección oficial de cine mexicano. Naranjo, aunque afirme que no le importa, provoca expectativa luego de su trabajo en Drama/Mex pero es la primera vez que participa en el FICG, lo que le significa estar dentro del circuito de la industria, pero “no tiene otro significado para mí, que no sea un reto. Es como una investigación para mí, de a ver de qué se trata esto… Tampoco me la creo tanto, hay cosas buenas y malas de estar en la industria, (…) los premios y las buenas críticas son accidentes del trabajo. Me gustaría acercarme al público y robarle a Rebelde, a los Timbiriches, al entretenimiento idiota un poco de ese público y tratar de decirles que hay otras alternativas de entretenimiento. El cine es educación y evasión”, destacó. “Estoy muy descontento con la sociedad mexicana, no estoy de acuerdo en instituciones, en egoísmo, en cómo nos manejamos como sociedad. Creo que en provincia nos educamos de una manera muy hipócrita y la película propone eso”.

En la explicación del proceso del filme, Gerardo lanza una pregunta que tiene que ver con la esencia del trabajo: ¿Por qué vale la pena dar la vida? Sus personajes carecen de idealismo y buscan esa respuesta. “Nosotros como mexicanos recibimos estos conceptos políticos o religiosos por los que estamos siempre dando la vida y somos carne de cañón de gente que más o menos nos utiliza y nos mueve. Dar la vida, entonces, vale la pena cuando es por aquello en lo que crees, hay que buscarlo y todo tiene un precio. La pregunta en sí es una actividad que vale la pena, entonces el escepticismo es el método para empezar, una actividad por la que vale la pena hasta matar. Lo que quiero con esta película es una provocación, no me interesa dar respuestas”.


EL CINE ES EL ÚNICO
Para Naranjo los parámetros del Séptimo Arte le han permitido educarse “y a partir de ahí, me metí a un lugar que me acogía, que me enseñaba cosas y me permitía vivir otras vidas. Ha sido el lugar más benigno para mí y el que me ha abierto las posibilidades de convertirme en otra persona de la que era”.

FICHA: Hoy, 16:00 horas / Centro Magno sala 1 / Lunes, 23:00 horas / Cineforo

EXPLOTAR EN BREVE
Premio: Accidente
Crítica: Todas bienvenidas
Accidente: Imperativo para aprender
Alternativas: Necesarias
Cine: Todo
Educación: Vida
Conservadurismo: Negación