Gael García experimenta con la comedia

CIUDAD DE MÉXICO (20/MAY/2010).- Tomar o no el riesgo, ése es el dilema, al menos para Sohpie, una joven que, sin esperarlo, en una carta encontró la chispa para redireccionar su vida cuando creyó que ya estaba definida.

Sophie Hall (Amanda Seyfried), una novata escritora de revistas decide viajar a Italia con su novio Víctor (Gael García); ella para reactivar el amor, él para realizar algunos negocios en el ramo de la gastronomía. Lo que nunca esperó la joven fue encontrar en ese lugar tan alejado de su querido Nueva York una carta escrita hace 50 años por una mujer llamada Claire Smith, quien deseaba recuperar el amor perdido.

Es así como Sophie se enfrasca en una aventura periodística en la búsqueda de Claire y de Lorenzo, el amor de su juventud, y en una historia que le permita dar el paso para convertirse en la periodista que tanto desea ser.

Para el realizador Gary Winick esta oportunidad fue de oro para conjugar una historia con grandes actores además de espectaculares escenarios en Verona y Nueva York, que de alguna forma también se convirtieron en un personaje de la trama.

El actor tapatío Gael García, quien se había mantenido al margen de las comedias románticas hollywoodenses, encontró en Cartas a Julieta una oportunidad para explorar otra faceta de su trabajo con Víctor, un joven hiperactivo y apasionado de la cocina. “Es un papel muy distinto a lo que he interpretado en el pasado. Víctor es muy específico y ama la comida por encima de todo, y es algo que quiere compartir con su novia, Sophie”, dice García Bernal.

“El problema con Sophie y Víctor es que nunca están compartiendo el mismo momento cuando están juntos”, dice Seyfried. “Les importa mucho el uno al otro y se aman, pero no están conectando. Víctor está enamorado de sus recetas y su sueño. Por el otro lado, Sophie y Charlie conectan, ya que ella ve todo lo que puede tener de una relación”.

Una historia posible
Como si de repetir la historia se tratara, 50 años después, en este filme los actores Vanessa Redgrave y Franco Nero también coincidieron en el casting, después de su primera participiación juntos en Camelot, de 1966. “Además de estar casado con Vanessa, Franco es un maravilloso actor, y capturar el momento cuando se encuentran después de 50 años…bueno, sería muy difícil fabricar esa intensidad con alguien que no fuera Franco Nero. Y el hecho que él, al igual que su personaje, sean italianos, y que estemos filmando en Italia….bueno, todo encajó a la perfección”, señala el director de la cinta.

Es pues en esa búsqueda, por una parte de una bella historia de amor y, por otra, una buena comedia, en la que el realizador coloca a Seyfired en los ojos de los cinéfilos con otro enfoque, en el que la actriz despega como protagonista y en el que se codea con primeras figuras con un trabajo, a su parecer, ejemplar.

“La película es notable porque es un vivo ejemplo de que el cine es un lenguaje universal”
Gary Winick, director.