Gabriele Mucciono no se enamora de Hollywood

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Gabriele Mucciono, director de Siete almas, dice que hacer una película en Estados Unidos puede ser frustrante. La posibilidad de dirigir una puede tardar mucho. No así en su natal Italia, donde es ampliamente reconocido.

El realizador afirma que “puedo hacer unos tres ajustes y comenzar allá una buena producción. Pero de todas maneras sé que luego me darían ganas de regresar a Los Ángeles para hacer una película”.

Este realizador romano de 41 años de edad irrumpió a nivel internacional en el cine en 2006, cuando estrenó la cinta " En busca de la felicidad ", protagonizada por Will Smith.

El filme sobre un hombre desempleado y con un hijo a cuestas, le ganó simpatizantes en la Meca del Cine y se volvió atractivo para el público.

Ahora, desde el pasado viernes, esta dupla regresó a los cines con Siete almas y su anécdota de una persona que intenta ayudar a ese número de personas, hasta que se enamora de una de ellas.

“El intercambio de ideas e inspiración ha sido increíblemente poderoso en esta película y sólo podía pasar con Will Smith”, dijo Muccino cuando promovía la película.

En el momento adecuado

El ex estudiante del Centro Sperimentale de Cinematographia inició en el mundo del cine creando documentales y cortos para la cadena de televisión RAI, la más importante en Italia.

Su debut como director cinematográfico fue Ecco fatto, película para la que también escribió el guión y por la cual fue nominado como Mejor Director en el Festival de Cine de Turín de 1998.

Su siguiente película, Come te nessuno mai, logró varias nominaciones y premios en festivales de toda Europa, incluido el Grand Prix del Festival de Cine de París.

Pero fue El último beso que triunfó en el Festival de Cine de Sundance de 2002, lo que lo catapultó a la fama. La revista Entertainment weekly la nombró una de las 10 mejores películas del año y así llegó a Hollywood.
Conocido por su método de utilizar ensayos intensivos y profundas conversaciones para llegar al corazón de los personajes, Muccino es paulatinamente señalado como el director que puede evocar el sentimiento visceral de una historia de amor.

Y con Smith ha logrado lo que algunos califican como complicidad telepática. “Tenemos una confianza increíble el uno en el otro que hace que todo sea posible. Jamás trabajé tan bien con nadie en toda mi vida”.