Fito Páez, un ''pibe'' de Rosario

CIUDAD DE MÉXICO (26/MAR/2013).- “Si no fuera por la música no nos salva ni Tarzán”, frase célebre que en Argentina acuñó el músico Miguel Cantilo. Era la dictadura, la gente moría y desaparecía “como los dinosaurios”, diría Charly García. Cuando el horror imperaba, para muchos jóvenes las canciones fueron una tabla de salvación existencial.

En el tercer milenio, a veces también se dice: “Si no fuera por las canciones…¿quién o qué nos salva?” Entre todas las músicas, la del argentino Rodolfo “Fito” Páez se erige como un verdadero patrimonio sensible que en esta parte del mundo ayuda a vivir, porque, va de suyo, “hay cosas que te ayudan a vivir”.

El autor de tantos temas entrañables, por citar de memoria la hermosa ''Te vi'' (''un vestido y un amor''), canción que compuso cuando conoció al amor de su vida, la actriz Cecilia Roth, y que ha sido tan versionada, cumplió el 13 de marzo pasado su primer tostón.

Son 50 años de Fito y más de 30 de las canciones de alguien que se considera más argentino que el dulce de leche y de un artista que se quedó siempre en su sitio, aun cuando alrededor todo ardía.

Por caso, cuando la crisis económica de 2001, que concluyó con el presidente de entonces Fernando de la Rúa huyendo en helicóptero desde la Casa Rosada, asoló Argentina y amenazó casi con terminar para siempre con dicha nación sudamericana.

“A mí cuando me dicen ‘soy un ciudadano del mundo’, yo digo no. Yo soy un pibe de Rosario. El exilio económico a que te obliga hoy Argentina es tan triste como el otro. Te aniquila”, dijo entonces.

Por el placer de la música

El autor de ''Dale alegría a mi corazón'', ''El amor después del amor'' y ''Giros'', entre otras canciones emblemáticas, asegura que en su larga carrera musical “siempre hice todo lo que he querido”, al tiempo que considera que “si bien me gratifica que muchos de mis colegas me vean como a un clásico, eso lo dejo para Mozart o para Charly García”.

“Probablemente, la capacidad de convertirte en un clásico devenga de la consecuencia con la propia voluntad y de obedecer los propios deseos, pero todavía no tengo 100 años como para considerarme un clásico. No tengo un método, soy muy caótico. Pienso, como Clint Eatswood, que ‘no llegué hasta aquí para dudar’, así que voy haciendo, no dudo de la música, ni de mi amor a la literatura, al cine, al vino y a las mujeres”.

En su larga trayectoria, a Páez le ha sucedido de todo sobre un escenario, incluso casi perder la voz durante un concierto, como le ocurriera en 2010 cuando ofreció un recital en el Auditorio Nacional; sin embargo, el espíritu positivo siempre acompaña al cantante. “La verdad es que me considero un hombre muy afortunado. Las circunstancias en Argentina son complejas para alguien que quiere hacer las cosas que quiero hacer yo, que son las que me gustan. Pagas un precio, que es el esfuerzo extra, pero no te puedes andar quejando por el mundo de esa situación. El mundo ahora funciona así: el trabajo está afuera, tienes que laborar mucho, tienes que dormir muchas noches en los aeropuertos, a deshoras, cambia la alimentación, pasas mucho tiempo sin ver a tu familia, pero no me quejo. Lo hago con alegría”.

A propósito del paso del tiempo, Fito no cultiva miedos inútiles. “Bukowski vivió hasta los 82 años…lo que creo es que no hay leyes, uno tiene una vida, una forma de vivirla y los años no están ligados a los excesos solamente. Lo que hace falta es saber el lugar privilegiado que uno ocupa y vivir esa circunstancia con alegría. Si hay algo que pensar en torno a este tema es cómo funciona la industria forzando la máquina y eso sí es algo que para los que hacemos esto conviene observar o por lo menos para empezar a tener una charla más seria y que ya no piensen que estás quejándote como si fueras una tía vieja”.

El músico dijo en una oportunidad ser “un referente de la incorrección, de todo lo que no se debe hacer”, al tiempo que admitió que es muy “difícil verse a sí mismo y determinar el grado de influencia o de referencia” que tiene para otra gente.

SinEmbargo.Mx

FRASES

"La música es un lenguaje estético maravilloso y eso se ha abandonado. Hay algo como de barbarie en no querer abrirse a otras posibilidades".

"Al rock argentino le hace falta abrirse a otras músicas para no acabarse en la cosa barrial".

Fito Páez, cantautor.