Fito Páez le cumple a sus fanáticos

GUADALAJARA, JALISCO.- La apuesta parecía difícil ante la soledad a la que el músico se sometía defendido sólo por su piano, pero el cantautor argentino Fito Paéz puso un tono íntimo a sus canciones y logró enamorar, la noche del viernes en Miami, a un teatro colmado que no quería dejarlo ir.

Los primeros acordes en el piano de Páez, con el delicado tema instrumental Waltz for Margie, una pieza escrita para su hija Margarita, le dieron al concierto en el Adrienne Arsht Center de Miami un clima de intimidad como si el músico estuviera tocando en su casa para algunos amigos.

La falta de una banda parecía mostrarlo por momentos desarropado para llevar temas potentes como Tumbas de la gloria, Mariposa tecknicolor o A rodar mi vida, pero allí demostraba Páez su virtuosismo, le daba ritmo a su piano y hacía levantar de sus asientos al público para cantar y bailar.

Te amo, te amo, le gritaba una muchacha en las primeras filas.

“Lo mismo me dijeron todas las mujeres que me dejaron”, le respondió Fito Páez en uno de los permanentes diálogos con el público.

Banderas de Colombia, Chile y Argentina se agitaban al final de cada uno de los temas que se convirtieron en clásicos en América Latina.

Paéz disfrutaba la soledad, o como dijo, “estar a la intemperie, sin banda”, pero se dejó acompañar por músicos invitados, como la argentina María Vitale “Emme”, el méxicano Mario Domm, de la banda Camila, y los españoles Alejandro Sanz y Javier García, entre otros, que se alternaron en el escenario para acompañarlo en algunas obras.

Cosecha éxito
Con más de 20 años de carrera y un logrado reconocimiento en Latinoamérica y España, el cantautor argentino realiza una gira promoción por Estados Unidos de un disco de sus grandes canciones, con el que busca cautivar al mercado norteamericano.

La placa incluye, además de los temas mencionados, El amor después del amor, Yo vengo a ofrecer mi corazón, Te ví y otros éxitos del músico que le dieron gran notoriedad en los años 90.

Paéz, de 45 años, es padre de dos hijos y ex pareja de las actrices argentinas Cecilia Roth y Romina Ricci.

Incursionó en el cine como director y productor con ¿De quién es el portaligas? (2007), Vidas privadas (2001) y La balada de Doña Helena (1994), y actualmente trabaja en su cuarta película.

Una de sus últimas producciones musicales El mundo cabe en una canción (2006) fue disco de oro, con récord de ventas, y le dio un Grammy Latino en 2007 por mejor álbum de rock vocal.