Fiebre por el rock

GUADALAJARA, JALISCO.- Los alrededores del Estadio Tres de Marzo ayer dejaron de ser un territorio compartido por los académicos y el futbol. Como si se tratara de una religión, miles de hombres, mujeres y niños vestidos con camiseta negra se apoderaron de los alrededores del recinto universitario. Eran los fieles creyentes de Metallica.

Y con su fe por el sonido pesado también trajeron consigo a un ejército de vendedores de todo tipo de mercancía relacionada con la banda estadounidense. Camisas, sudaderas, gorras, banderas, llaveros, tazas, botones, colguijes, pinturas, pósters, dibujos, muñecos, máscaras y hasta “unas pulseras de 10 pesos”, tal y como las promovía un vendedor, inundaron la acera exterior al estadio asentado sobre avenida Patria.

Avenida Patria era otro testigo del fenómeno metalero que ayer se apoderó de la ciudad. Rutas de camiones como la 25 ó 51-C avanzaron a vuelta de rueda, con un pasaje que apenas podía dar crédito a los ríos de gente que se dieron cita horas antes del concierto.

Sobrevivencia “heavy”

La comida no faltó entre los fanáticos roqueros, quienes ante el Sol que caía como plomo sobre la ciudad optaron por un refrigerio con muchas proteínas y sobre todo vitamina “T”: Tacos, tortas, papas con y sin chile, dulces, refrescos, hot-dogs y para los presupuestos ajustados, unos chicles o una paleta de caramelo.

Los minisuper vivieron previo y tras el concierto un estado entre éxtasis y angustia. La alegría era porque literalmente los clientes eran tantos que la venta de la semana estaba asegurada. Lo malo es que su número obligó a atenderlos con la puerta cerrada y de uno en uno, pues de entrar todos hubiera sido imposible controlar a las “turbas metálicas”.

Atenta vigilancia

Desde tempranas horas de la tarde, durante y tras el concierto, cientos de agentes de tránsito y policías de Zapopan se aprestaron a mantener el orden entre los asistentes. Su presencia también fue necesaria para evitar la reventa, que de todas formas estuvo presente, con boletos que llegaron a superar hasta los dos mil pesos.

El Estadio Tres de Marzo disfrutará hoy un pequeño respiro de los guitarreos, potencia y adrenalina provocado por los legionarios del rock. Ya será el jueves cuando se colme nuevamente de gritos, caos y música, aunque ahora de fanáticos muy diferentes: Los de Alejandro Sanz.