Fernando Trueba se confiesa

CIUDAD DE MÉXICO (21/MAR/2011).- “De todas las películas que vi en los últimos dos años, no pude haber encontrado una mejor para cerrar el festival que Chico y Rita”, así presentó Mónica Wagenberg, directora del 51 Festival de Cine de Cartagena de Indias, la más reciente obra de Fernando Trueba, consentido entre consentidos del cine español y ganador de un Oscar por Belle Époque (1992).

Y es que Chico y Rita es como un respiro ligero y quimérico en el mundo actual de un cine a veces “demasiado realista”, diría Trueba acerca de la tendencia de filmar películas de ficción que parecen documentales. A esta película, Fernando le imprime su firma junto a la de Javier Mariscal, el célebre ilustrador español, creador de Cobi, la mascota de las olimpiadas de Barcelona 92.

El resultado de esta mancuerna creativa: un sensual y colorido largometraje en dibujos animados, con música de bolero como un elemento principal.

— ¿Por qué elegir la ficción?
— “Porque la ficción está para recrear y reinventar la realidad, reestructurarla, manipularla, modificarla. Estos que pretenden ser tan realistas no me gustan. Lo que pasa es sigo intentando contar historias clásicas, en un mundo en el que hay un desprecio por el clasicismo. Hay quien me ha llamado clásico como un insulto, así del tipo: ‘Sos un clásico’ (con voz de asco)”.

— ¿Por qué hacer películas  de ese tipo?
— “Quizá soy un poco anticuado. Yo sigo contando historias de amor y cosas que a mí me parecen hermosas. Estoy un poco out”.

— Pero ¿así entiende  la vida?
— “Uno debe llorar en la intimidad y a los demás darles alegría y contarles buenas historias”.

— ¿Cuál es la clave para ver ese mundo feliz que dice ver?
— “Tengo una amiga que siempre se mete conmigo por eso: dice que tengo unas gafas rosas y veo el mundo a través de ellas, pero yo pienso que soy pesimista, creo que los seres humanos no somos nada, somos unas hormigas. Woody Allen tiene razón cuando dice que nada va a quedar, ni Shakespeare ni las pirámides de Egipto. Si sabes que no somos nada, vamos a divertirnos un rato”.  

— ¿Qué tanto ha cambiado como cineasta?
— “Soy el mismo y también de que he cambiado todo. Siempre que digo: ‘Esto no lo voy a hacer’, y lo hago. Traiciono todos los principios”.

— ¿Se necesita ser paciente?
— “Para Chico y Rita, por ejemplo, fueron seis años de trabajo. Hablamos de proyectos que tardan mucho, hoy que todo quiere resolverse rápido. Estamos en un mundo Twitter, que es un mundo tonto. Twitter sirve para decir: ‘Nos vemos a las ocho” o ‘Todos en la plaza del Cairo mañana a las nueve’, pero no vale para nada más. Y nada menos”.

— ¿Usa “Twitter”?
— “No. Jamás. Es que no se me ha ocurrido qué uso le puedo dar”.

— Muchos escritores están haciendo “cuentwitos”, quizá termine traicionando sus principios.­
— Debo decir que eso lo inventó, mucho antes de que existiera internet, Félix Fénéon, un anarquista francés que fue juzgado de terrorista. Ya de mayor escribía novelas de tres líneas en un periódico francés. Es un personaje olvidado al que adoro, pero él no tenía al lector que responde de inmediato ante lo que tú estás provocando. Es que si yo fuera escritor no querría estar hablando con los lectores. Yo no quiero ese diálogo inmediato a través de ningún medio. He hecho chats, pero no creo que sea la forma de comunicación ideal.

GALA Y PREMIO

Chico y Rita se ha estrenado recientemente, por lo que Fernando se la ha pasa en viajes de promoción. Ahora mismo está por llegar a Guadalajara, donde su película está incluida en la sección de Galas de beneficencia en el Festival de Cine, evento en el que recibirá el Premio Guadalajara Iberoamericano por su trabajo en el Séptimo Arte