Es tiempo del siguiente paso

GUADALAJARA, JALISCO (20/OCT/2014).- Ximena es como un funambulista, su equilibrio se debate entre la fragilidad y la belleza. La fragilidad de una inocencia que sigue buscando la sinceridad de sus primeros papeles pero con una firme convicción de que su nombre se labre con estandares de calidad internacionales. La belleza se asoma en las historias y en su deseo de ser imagen de una marca mundial. Sencilla y visionaria. Ximena es de las actrices mexicanas más queridas de la pantalla grande.

Adora Guadalajara, aquí ganó el primer premio de su carrera en FICG, cuando se hizo acreedora al Mayahuel por su trabajo en “Perfume de Violetas”, película que también le dio el Ariel y la catapultó al famoseo, esta creativa mexicana es la actriz de “Desierto Adentro” (2008), de “Malos Hábitos” (2007) de “Yo también soy Marilyn” (2012) y de la bellísima “Los insólitos peces gato”, un trabajo de Claudia Saint-Luce que logró acaparar las miradas (y los premios) internacionales por ser una pieza “honesta y profunda. “Esta película era exactamente lo que estaba buscando”, señaló en entrevista. Obtuvo el premio FIPRESCI en Toronto, el del Público en Brasil y una Diosa de Plata, entre otros más.

Acaba de ser dirigida por Alondra de la Parra junto a Dolores Heredia y Ludwika Paleta en la narración de un trabajo titulado en su origen “Polen Alas de Vida” en el Festival de Medio Ambiente en Morelos. Y para el 2015 se estrenará en la comedia romántica con “El tamaño sí importa” dirigida por Rafa Lara. “Me gusta mucho la historia, la trama habla de los estereotipos de belleza, del mundo de la moda, de los éxitos y fracasos, el amor platónico. Es una historia muy divertida y dinámica”. En esta cinta comparte créditos con Mara Escalante, Laura de Ita y Hernán Mendoza.

Contando historias

—Quisiera hacer un paréntesis en “Los insólitos peces gato”. ¿Qué aportó a tu carrera?

—(…)Crecí mucho. Era justo la historia que estaba esperando. Una historia de corazón, luminosa y con un sentido estético lindo. Interpretar a Claudia fue difícil, viví muchos momentos de incertidumbre e inseguridad. Muchas pruebas. No fue un rodaje fácil. Ha sido uno de los personajes que más me ha costado trabajo sacar de mi alma(…) Creo que después de “Los insólitos peces gato” me siento más ligera.

—¿Hacia dónde vas ahora?

—Quiero seguir contando historias, interesantes, conmovedoras(…) Por ahora estoy buscando proyectos con más proyección, quiero dar el paso a lo comercial, darle su peso y su importancia también a esas historias. Todo proyecto tiene una gran oportunidad de aprendizaje, sea una opera prima o de un director consagrado. Uno al final del día quiere trabajar y entregar toda su experiencia al personaje. Lo demás llega solito.

—Háblame de tus momentos especiales...

—Disfruto mucho el café en la mañana, las tiendas de los museos, caminar en el parquet, hacer yoga, escuchar música clásica, coser, hago cuadros de telas y listones. Para mi la creatividad es mi fiel compañera. Todo lo que está e mi alrededor es material disponible para crear. Ya sea observando a la gente o diseñando un nuevo cuadro, dato chistoso, me gusta ver los avatar de la gente en whatsapp, siento que definen mucho una personalidad.

—¿Tienes sueños por cumplir?

—¡Muchos! Quiero conocer Japón, hacer una película de Tarantino y otra con Guillermo del Toro, actuar en francés, exponer mi obra plástica, ser la imagen de un perfume tipo Channel o Dior, escribir y producir películas o series, abrir una escuela de arte y creatividad, diseñar y construir la casa de mis sueños y vivir allí con la persona que me ame, me haga reír, me cuide y me de alas para seguir volando.

—Las cosas que más disfrutas de la vida...

—Lo que más disfruto de la vida es la salud, la naturaleza, la luz, el aire, los arcoiris, el agua, la risa, un abrazo, el contacto honesto y amoroso entre seres humanos, la capacidad de crear, generar espacios creativos y de inspiración. Disfruto mucho el arte, ir a museos, los árboles, el pasto, el silencio, mi hogar.

—¿Cómo podemos ayudar a México?

—Generando espacios de construcción, el país se esta cayendo a pedazos (en sentido figurado) en nivel social, cultural y económico. Hace poco alguien me dijo que este país necesita menos licenciados y más ingenieros. Y sí lo creo, la gente esta acostumbrada a hacer lo que les dicen que tienen que hacer, no toman iniciativas, riesgos, hacen el mínimo esfuerzo. Ningún gobierno es la solución, la solución siento yo que viene de nosotros, de tomar las riendas del sentido de la vida que queremos. Y eso es día a día, en los pequeños detalles, en acciones cotidianas. En el trabajo, en nuestras relaciones, uno puede empezar el cambio, como dice mi maestra de Yoga “suave como el pétalo de una rosa y firme como un diamante”. Amable pero no condescendiente y así con todas nuestras acciones.