Eros Ramazzotti desborda energía sobre el escenario

GUADALAJARA, JALISCO (10/MAY/2010).- Que un artista tenga “pegue” entre el público depende de varios elementos, pero las variables nunca son las mismas. A veces es la voz, otras el físico, en algunas ocasiones el carisma e incluso el aura de “ser inalcanzable”. La fórmula del “encanto” puede presumirla Eros Ramazzotti, artista italiano cuyos éxitos, añejos y nuevos, inundaron el Auditorio Telmex ayer por la noche poco más de cuatro mil emocionados fanáticos, en especial las damas, que no escatimaron en gritos al astro europeo, quien marcó la radio mexicana con temas entre los que se cuentan Fuego en el fuego, Cosas de la vida y La cosa más bella.

El concierto de Eros prometía desde la entrada. Aunque la proporción de hombres y mujeres era similar, fueron ellas las que le pusieron sabor a la noche. “Me gusta su forma de ser, se me hace tan lindo”, le comentó María a una amiga, ambas fanáticas del cantante desde la década de los años noventa del siglo pasado, cuando el músico conoció sus momentos más brillantes.

Previo al show saltó al escenario como telonero el grupo Gama, de Monterrey, encargados de encender el ambiente entre los fanáticos. Tras los regios, y poco después de las 21:00 horas, llegó el turno de Ramazzotti, quien se presentó sobre el escenario del Telmex con una amplia sonrisa y una actitud desenfadada, interpretando el tema Apuntes y notas.

Cabe destacar que para el concierto, y a modo de regalo a sus fieles seguidores mexicanos, el artista le dio nuevos arreglos a sus canciones, aunque en todos los casos preservó el espíritu de cada melodía.

Deleite sonoro

Comenzando el concierto Eros sorprendió para bien, en especial a sus seguidoras, con un look con la cabeza rapada, una camisa negra con el logo de su disco más reciente, Alas y raíces.

Justamente en su nuevo disco el italiano juega un poco con la melancolía y el amor, aunque su fuerte, como quedó patente ayer por la noche, siguen siendo las baladas con un poco más de ritmo que evocan a la mujer amada.

Dentro de los detalles que llamaron la atención durante el show fue la interacción del músico con el público. Y es que es curioso que el artista, a pesar de su enorme popularidad, no domine de forma fluida en español, algo que importa poco con su “don de gente”, al incluir al público en varios juegos y pequeñas dinámicas a lo largo del concierto, que incluyeron poner a “cantar” a quienes estaban en la primera fila o que todos los asistentes aplaudieran con las manos por todo lo alto.

Para que no se le fuera ninguna letra de las canciones, Ramazzotti tuvo a su disposición a los extremos del escenario un par de monitores donde aparecía la letra de los temas, y vaya que le sirvieron para acompañar a la perfección cada una de las canciones, entre las que destacaron Una emoción para siempre y I belong to you.

El escenario que presentó el cantante fue en apariencia sobrio, con una gran pantalla de fondo y un juego de luces que crearon la atmósfera adecuada para cada una de las interpretaciones del italiano. La pantalla desplegó elaborados gráficos computarizados que dieron el toque ideal al recital.

Al corazón de los tapatíos

Si algo aprendió bien Eros Ramazzotti en el concierto que ofreció ayer por la noche en tierras jaliscienses, es que a los nacidos en Guadalajara se les conoce popularmente como tapatíos. Y es que tras varios intentos por pronunciar la palabra (comenzó llamando a sus fanáticos “tapatiños”), finalmente el italiano logró decir fuerte y claro “tapatíos”, y de paso, echarse el público a la bolsa.

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