Ely Guerra, al pie del cañón

CIUDAD DE MÉXICO (16/FEB/2013).- “Con este gobierno que tenemos, en este país no hay una chingada que celebrar”, dice con voz firme la cantante mexicana Ely Guerra, relativizando el peso de una fecha, que el año que viene la verá cumplir 20 años de carrera musical independiente.

Sin pelos en la lengua y haciendo gala de esa personalidad imperativa y dulce en partes iguales que la caracteriza, la intérprete presentó su DVD ''Ciclos'', un proyecto para el que se ofreció firmar ejemplares a sus fans, en una iniciativa cuyo resultado fue una fila interminable que iniciaba en la Academia de las Artes Florencia y terminaba más allá de Plaza Loreto, en la calle Río Magdalena.

La multitud que esperó pacientemente que Guerra terminara su encuentro con la prensa local no hizo caso al día de San Valentín que suele congestionar las vías de acceso en toda la ciudad y acudió puntual a la cita con la artista

A cara lavada, vestida de negro, con un flequillo que le daba un aire de frágil muñeca japonesa, Ely protagonizó varios de esos momentos que la prensa califica de “fuertes declaraciones”, como cuando contó que a todos los novios que le venían con regalos el 14 de febrero, los rechazaba.

“Mi cumpleaños es el 13 y la fecha importante de febrero es esa, no San Valentín”, dijo, al tiempo que admitió sentir una “gran responsabilidad” cada vez que decide, como este jueves, tener un encuentro cercano con los periodistas de su país.

“Mantengo con ustedes una relación saludable, siempre me han tratado bien y ahora estoy aquí para mostrar mi trabajo, claro que si pudiera zafarme de esto, lo haría”, manifestó.

Las victorias merecidas

Con 41 años recién cumplidos, Ely Guerra admitió estar viviendo una crisis, fruto de la edad, en la que muchas veces se pregunta hasta cuándo tendrá que trabajar tanto.

“Las exigencias en esta profesión son tremendas y como nunca dejaré de cantar, a menudo me preguntó cómo será a los 50, a los 60. ¿Cómo haré para hacer lo que nunca voy a dejar de hacer?”, se preguntó la artista nacida el 13 de febrero de 1972 en Monterrey, Nuevo León.

“Merezco todas las victorias cosechadas a lo largo de estos 19 años de profesión, porque me las he trabajado”, dijo sin falsa modestia, al hablar de su Ciclos, un “producto orgánico” que condensa lo vivido en el Teatro Metropolitan, durante el concierto grabado en diciembre del 2011.

La venta se hará a través de la página web de la artista, elyguerra.com, en una tienda online que resume el trabajo al frente de su sello discográfico Homey Company, un proyecto que no vislumbra la posibilidad de producir a otros músicos, “sencillamente porque la estructura no da y además porque no se me antoja”, dijo Ely con honestidad brutal.

“Se trata de un trabajo hecho a la antigüita, sin la producción económica de, por ejemplo, un concierto de Peter Gabriel, pero con ese espíritu”, explicó Guerra, para la que los 20 años de carrera que concretará en 2014 no le despiertan alguna fascinación en especial.

“No hay una chingada que festejar en este país, con este gobierno y además si hasta ahora no he planeado nada, no creo que lo vaya a hacer, pues creo en los procesos creativos que se hacen con mucho tiempo de anticipación”, remarcó.

“Es muy complicado vivir de este trabajo y nunca me rajo. Chambeo a la par de mis compañeros y me siento muy complacida con esta guerra que me ha tocado ser, porque nunca le he rajado a nada”, agregó.

Más soltera que nunca

Ex esposa del líder de Molotov, Tito Fuentes, y novia durante mucho tiempo del cantante de Kinky, Gilberto Cerezo, Ely Guerra dijo “estar más soltera que nunca” y feliz con una carrera profesional “en la que siempre he sabido lo que no he querido hacer, por lo tanto no tengo grandes arrepentimientos”.

“Ahora, en esta edad, no sólo me ha cambiado el cuerpo, también he cambiado yo. Controlo mi carácter, mi escenario, mi voz. Soy intensa, soy frontal, soy regia”, dijo.

Sueña con volver a cantar con mariachi e inicia su gira nacional el próximo 6 de abril en Puebla.

A los 41, bella y talentosa como siempre, la artista mexicana siente que se ablandó con los años.

“Ahora, quién sabe, a lo mejor me convierto en un pan de Dios y quizás así consigo marido. A los que tuve parece que los he tenido en jaque, todos salieron volando”, remató.

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