Sábado, 23 de Noviembre 2024
Entretenimiento | El actor considera que el cine es demandante, pero satisfactorio

El gusto culposo de Omar Chaparro

En entrevista, habla sobre sus pasiones, travesuras y fobias, al tiempo que presume su trabajo en 'No manches Frida'

Por: EL INFORMADOR

Omar Chaparro. El actor encarna a un malhumorado maestro en 'No manches Frida'. EL INFORMADOR / A. Hinojosa

Omar Chaparro. El actor encarna a un malhumorado maestro en 'No manches Frida'. EL INFORMADOR / A. Hinojosa

GUADALAJARA, JALISCO (14/SEP/2016).- Todos los actores reconocen que el cine puede ser una pasión tan demandante como satisfactoria. Pero, ¿en qué porcentaje se sufre y cuánto se goza? Para Omar Chaparro la respuesta no es tan simple. Hace un breve silencio antes de explicar: “Si lo sufriera más de lo que lo gozo, no haría ninguna película, pero reconozco que es un gusto culposo”.

Luego de reconocerlo, Omar explota en una carcajada. El nativo de Chihuahua charla con EL INFORMADOR sobre su trabajo en “No manches Frida”, cinta de comedia donde encarna a “Zequi”, un delincuente que se vuelve maestro por conveniencia, pero que pronto aprende a amar (y a padecer) la vocación magisterial, a pesar de sus insoportables alumnos. Al igual que su personaje, Chaparro reconoce que vivió una metamorfosis del rodaje.

“Yo veo ‘No manches Frida’ y me siento feliz”, agrega desde el otro lado de la línea. “Siempre es satisfactorio ver cómo una película que implicó desveladas, cientos de horas de trabajo y pocas de sueño finaliza como un producto bonito, con una gran factura”.

—¿En qué momento te diste cuenta que el cine se había vuelto un gusto culposo para ti?

—Lo de “gusto culposo” viene porque para hacer cine he tenido que volverme un poco... Masoquista (risas). En todas las películas donde he trabajado no hay una donde no pase frío y hambre, o tenga que esperar ocho horas en el camper sin poderme mover ,o trabajar sin parar durante 18 horas porque no puede haber cortes, o estar parado hasta que te duelan los pies.

—¿Y qué película te ha hecho sufrir más?

—La más sufrida fue... “No Manches Frida” (risas).

—¿Por qué?

—Aclaro, la gocé por la gente con la que trabajamos, fue maravilloso actuar con Marta (Higareda), pero hay una escena que me costó mucho trabajo, la más difícil de mi carrera... Es donde los alumnos de la escuela me dejan  caer un barril como con... excremento (en realidad era una sustancia a base de miel y mermelada), pero era pegajosa.

La cosa es que le tengo una fobia enorme a todo lo pegajoso. Hasta amistades he perdido porque me tocan con una paleta chupada (risas), y para la película fueron tres días de estar embarrado de esa cosa, horrible.

—¿No le dijiste al director de tu fobia?

—(Risas). Sí, la producción sabía, sabía que iba a ser complicado. Hubo otra escena donde me explotan dos almohadas con pegamento y allí sí fue un doble, ¡fue la primera vez en mi carrera que acepté usar uno! Pero igual tuvieron que embarrarme para la secuencia posterior. Estuve dos horas con el líquido pegajoso encima.

—Mencionas lo del doble, pero en películas anteriores tenías secuencias de mucho riesgo...

—Siempre he preferido hacer las tomas yo. Ya cuando tenga 50 años pensaré en dejar que alguien más lo haga (risas). En “Compadres” tenía una escena muy peligrosa en moto e insistí en hacerla yo, aunque en esa misma película tenía que dar un salto del tigre y romper una ventana, pero el director insistió que no, que la hiciera el doble, quien al final se astilló la pierna. Creo que no me tocaba.

—En “No manches Frida” te toca lidiar con alumnos muy problemáticos, ¿tú cómo eras en la escuela, bien portadito o un demonio?

—Mi abuelo decía que las apariencias no engañan, y sí, yo era un desastre (risas). Era de los que le hacía bullying a los profesores, me sacaban por malas calificaciones del salón o por hacer relajo.

—¿La peor travesura que recuerdes?

—(Silencio) Le ponía una cubeta a los maestros con la puerta entreabierta para que les cayera en la cabeza al abrir, como en la película. También calentaba las butacas de metal para que al sentarse se les quemaran las nal...(risas). Fue muy divertido recordar esas travesuras. También ese era un gusto culposo (risas).

La televisión, en pausa

Para quienes extrañan a Omar Chaparro en televisión, malas noticias: El actor no tiene pensado volver pronto, pues está emocionado explorando el séptimo arte. “El cine es una pasión, como veneno que se mete en tus venas y no lo puedes dejar”.

Omar reconoce que este año fue trascendental, pues enfocó sus baterías en el cine tras dejar “Sabadazo”. “No es un adiós, pero sí una pausa en mi carrera en televisión y la música. Me quiero enfocar en el cine, series de televisión y el show de comedia que tengo con mi compadre (Adrián Uribe), llamado ‘Imparables’”. Con “Imparables” Chaparro y Uribe visitarán varias ciudades de México (incluyendo Guadalajara, aunque todavía sin fecha), y una buena porción del Sur de los Estados Unidos.

FILMOGRAFÍA SELECTA
Cintas para disfrutar

• “Puños rosas” (2004)
• “Suave patria” (2012)
• “Un gallo con muchos huevos” (2015)
• “Compadres” (2016)

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