El 'beat' de Luis Flores

GUADALAJARA, JALISCO (19/ABR/2014).- Guadalajara tiene a su flautista de Hamelín. Y no es precisamente una flauta lo que seduce a los melómanos de la ciudad. Se trata de un sintetizador el que atrae a los gustosos por la música electrónica. Su manipulador es Luis Flores, el tapatío que es una las máximas referencias nacionales en el género del “beat”.

Luis Flores tiene 40 años. Es productor, nacido en Estados Unidos, aunque siendo un niño llegó a la capital jalisciense. Ahora es un representante de la electrónica allende las fronteras mexicanas. Para muestra, su sonido techno se instala por primera vez en el menú del afamado Movement Electronic Music Festival, de la ciudad de Detroit, el encuentro musical del género “digital” más grande del país vecino que se visualiza a realizar el próximo mes de mayo.

El productor de música electrónica está de manteles largos con la promoción de su más reciente material “Rituals or Submission”, el cual será presentado en el Bar Américas de Guadalajara este 19 de abril y así, dar banderazo a la gira de conciertos que el tapatío brindará por Estados Unidos y Europa que concluirá hasta finales de año.

A lo largo de 23, Luis ha perfeccionado su fórmula de creación tras las consolas. Él ha sido testigo de cómo la electrónica ha roto mitos y prejuicios en la ciudad, de cómo los espacios dejaron el tabú “underground” y clandestino para que el “beat” se propague en lo público.

Desde los cimientos

Luis Flores es considerado como uno de los principales impulsores de la música electrónica en la metrópoli tapatía. A finales de la década del 80, el productor inició su andar a través de un programa radiofónico en el que la vertiente industria fue la punta de lanza en su crecimiento profesional, que a decir del tapatío, “en ese entonces era autodidacta”.

Tras participar en diversos proyectos, como con la creación y fundación de “Nopal Beat”, el productor tomó impulso de grandes apoyos como EMI, para después seguir por el camino independiente ya en el año 2006.

Aunque la electrónica es sonido que lo dio a conocer, Luis ahora se enfoca por el techno, ámbito en el que tampoco “canta mal las rancheras” y lo lleva a recorrer la mitad del planeta. Contrario a lo que un desconocedor de la música electrónica pueda pensar de que solo se trata de “mezclas” los estruendos que lanza la consolas, el tapatío asegura no ser un DJ, pues él crea su música desde cero. Es protagonista absoluto cuando el escenario lo llama.

“El trabajo implica largas jornadas en el estudio. La diferencia entre hacer música electrónica y un grupo, es que en la agrupación en algún momento necesitas grabar la batería, la guitarra y la voz cada quien por su cuenta. En lo que yo hago no se requiere de eso. El chiste es que los sonidos los puede hacer una sola persona. Tienes que programar el ritmo para que suene como tú quieres. Todo se enfoca en el trabajo que haces con la máquina”.

Los primeros años

Luis Flores conoció la plenitud del antaño foro “Roxy” de la ciudad y vivió en sus oídos el “boom” de la electrónica en Guadalajara. Le tocó ver el nacimiento de las llamadas “danceterías”, que en sus palabras “Fuero el prototipo de las fiestas rave” en la urbe tapatía.

“El movimiento empezó a caminar en la formación de las raves en Guadalajara, con eventos masivos. El interés de la ciudad en la electrónica nunca ha sido poco”, recuerda Luis Flores al también mencionar algunos de los episodios negros que opacaron la naturaleza de los encuentros: censura y malos entendidos con las entonces autoridades gubernamentales, como lo ocurrido en el llamado “Tlajomulcazo” de 2002, en donde la fuerza policial irrumpió en una fiesta “beat” dando un amarga experiencia a los jóvenes ahí presentes.

Para el 2003, la suerte cambió para la electrónica, pues sería el año en el que el departamento de Cultura Guadalajara comenzaría a otorgar presupuestos para organizar eventos gratuitos en la calle, situación que permaneció solo dos años.

Aquí bailan todos

Luis Flores goza de una vista privilegiada en cada concierto que lídera. Él y sus sintetizadores están al centro del escenario. “A veces puede ser más intimidante un escenario chico que uno grande”, ataja Luis al describir que lejos de estar pendiente de quiénes y cuántos son sus asistentes, él opta por encerrarse en su mundo, pues “en ocasiones los escenarios son muy grandes que es como si no hubiera nada, hay tanta gente y la distancia con el escenario es igual, que no sientes a los individuos, solo ves a una bola”, comenta entre risas este productor.

Agrega que en el olvido han quedado los mitos que rondaban a la electrónica, incluso en el rango social y cultural que encasillaba a sus escuchas a un cliché: drogadictos, alcohólicos, jóvenes sin oficio ni beneficio. Ahora basta con ver a exponentes de talla mundial que dominan las listas de popularidad en la industria musical: Daft Punk, Tiësto, Armin van Buuren, por ejemplo.

FRASE

"Yo toco en vivo, no soy DJ; más bien parezco una secretaria tomando dictado de lo que quiere la fiesta".

Luis Flores. Productor de música electrónica

HERENCIA PATERNA

Una mirada al pasado

La conexión que Luis Flores tiene con la música electrónica nace por su padre, un melómano que en la década del 70, pone en el camino del tapatío una colección de música clásica en donde tres discos de electrónica serían el detonante para que el productor se entregara a las delicias sonoras de “Oxygene” de Jean Michel Jarre, “Cuadros para una exposición” de Isao Tomita y “Radio-Aktivität” de Kraftwerk. Luis tenía cinco años y señala: “En cuanto escuché los discos me gustaron porque parecían películas”.

EL DATO

¿A quién escuchar?

En lo techno, Líneas de Nazca, Splatter y Síntoma que son de la Ciudad de México, Mano Arma de Guadalajara, y en ''house'' a  Balcazar&Sordo.