''El árbol de la vida'' crece entre polémicas

CANNES, FRANCIA (17/MAY/2011).- A pesar de su condición de “autor maldito” y ser considerado un director de culto, Terrence Malick logró convocar, durante el estreno de El árbol de la vida en el Festival de Cannes, la que ha sido hasta ahora la alfombra roja más estelar que ha pasado esta edición por el certamen, con Brad Pitt acompañado de Angelina Jolie y Sean Penn, pero sin Scarlett Johansson.

Sin embargo, la presentación de la película tuvo muchos ingredientes llamativos ajenos al espectacular guión que la conforma. El principal ejemplo lo dio el propio cineasta, autor de piezas admiradas universalmente como Malas tierras o La delgada línea roja, siguió con su política de no comparecencia, pero a cambio, el reparto del filme dio una gran cosecha a los fotógrafos, aunque la imagen más cotizada del festival, la de Sean Penn junto a Scarlett Johansson, no pudo materializarse.

Brad Pitt y Angelina Jolie, pareja conocida popularmente como “Brangelina”, pasearon con toda calma por la alfombra. Con casa en la zona y sus seis hijos esperándoles a la vuelta de la proyección, entregaron glamour y autógrafos al por mayor.

Por la mejor imagen

Pitt y Jolie saben que una de las grandes cualidades que tienen es convertirse en el centro de atención de cualquier evento al que asisten, y lo saben explotar bien. Él cambiando el blanco playero que había lucido en la rueda de prensa por un traje negro. Los lentes de cristal amarillo, el pelo engominado hacia atrás y el gran anillo en la mano, para bien o para mal, fueron parte del aspecto que ofreció.

Pitt, que incluso recogió a una acalorada fan el cuaderno que se le había caído al suelo por los nervios, se mostró muy cariñoso con Jolie (igual que hace dos años, cuando en la presentación de Bastardos sin gloria disiparon los rumores de crisis), quien apareció muy elegante con un vestido color chocolate.

La actriz, que hace unos días presentó en el festival la cinta Kung Fu Panda 2, al lado de Jack Black, llevaba un maquillaje más discreto que de costumbre, pero su contundencia como mujer y como estrella quedó patente con sus idas y venidas por la pasarela a las escaleras de la sala Lumière del Palacio de Festivales.

Con las ganas

Quien no llenó la pupila de la crítica fue Penn, quien no había estado en la rueda de prensa de presentación, pero sí hizo aparición en la gala oficial vestido con traje, corbata y peinado de niño malo, matiz que mantiene a pesar de sus recién cumplidos 50 años.

Quizá el sábado, en la presentación de su segunda película a concurso, This must be the place, de Paolo Sorrentino, ofrezca la primera instantánea oficial de esta pareja que se ha convertido en una de las más comentadas de Hollywood, especialmente después de que Penn reprochara a su ex mujer, Madonna, su afición por los hombres más jóvenes.

El árbol de la vida es un drama protagonizado por Pitt y Sean Penn, cuenta la historia de una familia del Sur de Estados Unidos en la década de los años cincuenta, con el telón de fondo de una sobresaliente cinematografía, una arrolladora banda sonora y un gran reparto.

Pitt interpreta al padre de tres niños en una ciudad de clase media que trata de imponer disciplina y dureza a sus hijos, aunque su fe en el mundo material se erosiona y pierde su trabajo en una fábrica.
“El padre es el proveedor y, en la película, ves que el sueño americano como lo entendimos no está funcionando”, dijo el actor durante una conferencia de prensa tras la proyección.

Calidad sobre cantidad

Pese a ser uno de los directores más respetados de Estados Unidos, la filmografía de Terrence Malick se compone de pocas producciones: Cinco largometrajes y un corto.

Su primer película, Malas tierras, se lanzó en 1973, mientras que la segunda, Días de cielo, llegó hasta 1978. Tuvieron que pasar dos décadas para que volviera a presentar un nuevo trabajo: La delgada línea roja, que llegó a las pantallas en 1998.