Sábado, 23 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Cine. El comentario del actor se da a cerca de un mes de la premiación

''El Oscar es para Daniel Day-Lewis y se lo merece''

El actor Bradley Cooper compite por el galardón en la categoría de Mejor actor por su personaje en El lado bueno de las cosas

Por: EL INFORMADOR

Trayectoria. Bradley Cooper decidió ser actor a los 12 años; ahora compite por uno de los premios más prestigiados. ESPECIAL /

Trayectoria. Bradley Cooper decidió ser actor a los 12 años; ahora compite por uno de los premios más prestigiados. ESPECIAL /

MADRID, ESPAÑA (30/ENE/2013).- El mocetón ha llegado a los Oscar. Puede que suene hiriente, pero la carrera del actor Bradley Cooper (Filadelfia, 1975) se basa en el concepto mocetón desde sus inicios: su físico ha sido su principal arma, a pesar de que fue una película tan alejada de los cánones de belleza como El hombre elefante, de David Lynch, la que le llevó a decidir, con 12 años y tras verla en la tele con su padre, que quería ser actor. Dos décadas más tarde, en el imperio de Bradley Cooper no parece ponerse el sol: la saga Resacón en Las Vegas sigue viento en popa tras rodar la tercera parte; le toca defender su candidatura al Oscar al Mejor actor gracias a su personaje bipolar en El lado bueno de las cosas y en marzo estrena un filme policiaco, The place beyond the pines, junto a Eva Mendes, Ray Liotta y el otro actor de moda en Hollywood, Ryan Gosling.

Y a pesar de todo, Cooper no se siente arriba en la ola del éxito: “Porque estoy empezando. Puede que sea una ilusión mía, pero me siento así, en mis inicios”. Pero ya le ha dado tiempo a ganar premios de prestigio... o de burla como un Razzie (los antioscar) por su actuación junto a Sandra Bullock en Loca obsesión: “Desde luego, es el galardón más divertido que he recibido hasta ahora. Si vuelvo a ser candidato, me plantearé seriamente ir a recogerlo. En cuanto al Oscar, este año es para Daniel Day-Lewis, y se lo merece”.

Cooper es un fenómeno del siglo XXI, porque fue en 2001 cuando comenzó a hacer televisión, en series como Nip / Tuck, mientras crecía en el cine con títulos como Di que sí, De boda en boda, Novia por contrato o Qué les pasa a los hombres: parecía limitado a la comedia romántica hasta que en 2009 llegó Resacón en Las Vegas y su vida profesional cambió por completo. Desde ese momento ha ido compaginando taquillazos (El equipo A), con películas pequeñas con ínfulas de autor (El ladrón de palabras): “Nunca sabes. Haces el puzzle como puedes, pero vienen como vienen. En 2012 rodé cuatro películas del tirón y no puedo decirte cuál irá bien y cuál irá mal. El lado bueno de las cosas ha funcionado muy bien en taquilla y entre la crítica, y yo en el rodaje no hubiera podido adivinarte su futuro. Ni mientras filmábamos Resacón en Las Vegas intuimos su éxito, aunque cuando comenzamos los pases con público descubrimos cómo conectaba con la gente”. En la película de David O. Russell, Robert de Niro encarna a su padre, una sombra influyente en la carrera de todo actor joven que, como Cooper, ha pasado por el Actors Studio: luchó para ser su hijo en Todos están bien (los productores eligieron a Sam Rockwell) y pudo por fin conocerle en Sin límites. Ahora interactúan con soltura: “Y espero que continuemos trabajando juntos. Tiene un proyecto como director en el que espero estar. Me abrió los brazos en este negocio con absoluta generosidad y sólo tengo una palabra para él: agradecimiento”.

El hombre elefante, la epifanía de su vida. “Hay algo en la película que se quedó en mi interior y que me ha acompañado desde entonces. Ha crecido y ahí ha seguido. Me ha pasado con alguna otra, pero no tanto como con el clásico de David Lynch. De repente, se me hizo cristalino lo que quería hacer en la vida. Encarné el personaje en una obra montada mientras estudiaba, y sigo con ella en el corazón. Incluso paseé por Londres investigando sobre el auténtico John Merrick”

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